15 de marzo de 2013

Top 2012 (I)

50) Lincoln 
El regreso de Spielberg a su cara más academicista (La lista de Schindler, Munich...) ha sido aclamado y criticado a partes iguales. Personalmente, no me parece de los mejores trabajos de su autor, pero a estas alturas de su carrera ni falta que le hace. Se la podrá achacar su que su excesiva duración y su atrofiante cantidad de datos históricos y políticos puedan desafiar incluso al espectador más aguerrido; bien cierto es que en algunos tramos puede resultar plomiza y aburrida, pero es innegable la capacidad del director de E.T. para dotar de avasalladoras cargas de épica, lirismo y emoción a algo tan presuntamente insulso como una votación parlamentaria. Su excelente diseño de producción y su mimada fotografía la hacen una delicia para los ojos que, combinada con algunas de las mejores composiciones de John Williams (palabras mayores), se convierte en puro gozo sensorial cuya guinda es la (imposible de olvidar) actuación de Daniel Day-Lewis, y  digo actuación mientras trato de invocar algún término que se ajuste mejor a la hazaña realizada por esta máquina de interpretación que ya ha escrito su nombre entre los más grandes de todos los tiempos. Lo que transmite Lewis con un mero apretón de manos o simplemente poniéndose unas zapatillas de andar por casa es algo que está mucho más allá de lo que se pueda recoger en un libreto.


49) Project X
Esta macarrada que adapta las constantes de la comedia adolescente a los tiempos que corren bien podrá ser contemplada en un futuro como un documento histórico que supo capturar el zeitgeist de su época en lo que por momentos podría venderse como un documental. Bajo sus lúbricas capas de fiesta y diversión se oculta una agria revelación: el vacío de una generación enferma de anemia emocional y sus intentos de paliarlo a través del descontrol absoluto. No hay espacio para el romanticismo nostálgico de las películas de John Hughes, aquí solo caben la música de discoteca, las luces de colores y las drogas de diseño por mucho que la impuesta coda final intente negarlo.




48) Berberian Sound Studio
Oda al giallo enfocada a través de uno de los elementos más esenciales (y más olvidados) del cine en general y del género de terror en particular: los efectos de sonido. Película malsana, excepcional, siniestra y sin ganas de hacer amigos. Abordarla es abordar un viaje lisérgico para los sentidos, en especial el oído, que uno no es del todo capaz de desentrañar racionalmente, como la filmografía de Lynch. Este sentido homenaje al cine de subgénero italiano es una de esas obras que provocan en uno la necesidad de volverla a ver según aparecen los créditos finales. Mención especial para el trabajo de Toby Jones, que engrosa su lista de interpretaciones de hombres enfermizos y tortuosos.



47) Searching for Sugar Man
Ejemplar documental sobre la enigmática figura del (¿desconocido?) músico Sixto Rodríguez. Con su fascinante narrativa llena de sorpresas y giros dramáticos nos cuenta la increíble historia de esta ¿estrella? del rock. Testimonios, entrevistas, escenas animadas, conciertos... todo al servicio del director para intentar ofrecer las más completa visión del universo de Rodríguez: la lucha política, el artista maldito, la efímera fama, la paz interior del genio y ,por encima de todo, sus canciones. Todo un descubrimiento. Hablar de Searching for Sugar Man no es solo hablar de su música, es hablar de música en general: bajo la piel de Rodríguez se encuentra el verdadero espíritu de un rockero.



46) Skyfall
50 años han pasado desde que se estrenara la primera adaptación del personaje creado por Ian Fleming al cine, Dr. No. Tiempo de sobra para que los ultrasónicos Aston Martin, las explosivas parejas y los agitados pero no mezclados martinis se incrustasen en el imaginario popular. La saga ya había alcanzado un alto grado de maduración y ya era hora de deconstruir al protagonista y ahondar en sus orígenes, porque eso es el Bond de Sam Mendes: el Ciudadano Kane de 007 (salvando las distancias). El agente del MI6 se sienta en el diván de Freud y nosotros somos espectadores de lujo de sus secretos de infancia, sus ocultos temores y sus más profundos deseos.  Skyfall es un Bond atípico: probablemente sea la más estilizada y reflexiva de todas las películas de la saga. Mantiene el tono de acción Bourne à la mode que incorporó Casino Royale y perpetuó Quantum of Solace y añade profundidad psicológica (casi psicoanalítica) al personaje y un enorme mimo por la estética (impresionante  el juego de luces y sombras en la escena de los rascacielos de Shanghai).



45) Cesare deve morire
Enésima adaptación del Julio César shakesperiano que, como se empeñan en demostrar los políticos, siempre está en boga. La novedad reside en que asistimos a la representación  de la obra a manos de presidarios de una cárcel italiana de alta seguridad. Como si de un documental se tratase, vemos a estos peligrosos criminales interpretar a Marco Antonio, Bruto y compañía delante de las cámaras sin artificio alguno. El espectador observará atónito como no solo la obra no pierde interés sino que gana intensidad gracias a unos actores/ presos que parecen comprender a la perfección las esencias del texto de el Bardo de Avon y sufrir en sus propias carnes los dilemas morales de sus personajes, quizá porque así haya sido en un pasado no muy lejano. Ahí radica la genialidad del dramaturgo inglés: en compilar en sus tragedias todas las emociones humanas habidas y por haber, ya sean las de un príncipe danés que anhela vengar a su padre o un miembro de la camorra italiana con incontables crímenes a sus espaldas.



44) Dredd
Esta transcripción a la pantalla del personaje creado por John Wagner supone un refrescante soplo de aire fresco al panorama actual del cine de de superhéroes. A contracorriente de las últimas películas de género que se caracterizaban por hinchar el discurso (normalmente estólido) hasta llegar a la hipertrofia, Dredd supone una vuelta a los orígenes. Su renuncia a toda tipo de pretensión salvo a la de divertir al público la convierte en una rara avis dentro del contexto actual. La película de Peter Travis no consta de una trama llena de recovecos o problemas éticos, sino que utiliza una formulaica historia como plataforma sobre la que desarrollar espectaculares tiroteos, secuencias a cámara lenta y un festival de violencia prolongados durante sus escasos 90 minutos de metraje mediante un ritmo espídico en el que la acción no decae en ningún momento.



43) Más allá de las colinas
Tras 4 meses, 3 semanas y 2 días Cristian Mungiu continúa hurgando en los rincones oscuros de la sociedad rumana post-Ceaușescu. En este caso le toca al turno a una anticuada Iglesia Ortodoxa que se resiste al paso del tiempo, estancada en la más absoluta irracionalidad y abandonada por la sociedad, en tierra de nadie. Lejos de cargar los tintas contra la institución, Mungiu ofrece una mirada nada sesgada, casi compasiva pero profundamente desoladora sobre un pueblo que todavía se duele de sus antiguas heridas y es incapaz de abandonar sus traumas. Es admirable la delicadeza con la que el director rumano camina sobre el alambre sin llegar a caer nunca en el trazo grueso en una historia tan propensa a ello.


42) Dans la maison
En varias de sus anteriores películas  François Ozon ya había jugueteado con el relato y sus componentes, pero probablemente sea en ésta donde alcanza un dominio absoluto de la metaficción intercalando realidad y ficción. Emplea la figura del narrador embustero (o no) para generar un clima de una ambigüedad malsana punteado por otras constantes del autor  (una tensión sexual muy sutil pero perceptible, las diferencias de clase, reflexiones sobre el arte...) que no resultan disonantes en el conjunto. Si el espectador se deja engañar por el truco, será llevado en volandas por el mago francés inmerso en una historia que, son, en realidad, muchas, pues, en el fondo, de eso trata Dans la maison: del arte de contar/ inventar historias y del placer de escucharlas.



41) That's My Boy
En un momento de la película de los varios en los que el personaje interpretado por Adam Sandler hace muestra de su chabacanería, una mujer con la que está flirteando descaradamente y de forma bastante ramplona le espeta lo que bien podría resumir (más o menos) mis sentimientos a la película: "Es usted un imbécil, inmaduro, descerebrado, infantil, salido de una caverna, peludo, con un solo cromosoma, detestable, palurdo, ignorante gilipollas al que me gustaría follarme larga y locamente". En efecto, That´s My Boy puede ser la comedia más vulgar del 2012, pero, ¿a quién le importa eso cuando proporciona algunas de las mejores carcajadas del año cinematográfico? 



25 de febrero de 2013

Los otros Oscars y mis apuestas

Vale, muy bien, en la ceremonia que está a punto de dar comienzo se reconoce el mérito de varias de las personas que están detrás de una película. Gente que ha trabajado duro capturando imágenes esplendorosas, componiendo emocionantes partituras y diseñando espectaculares vestuarios. Pero, ¿qué pasa con el resto de miembros que están detrás de un proyecto? En el Subsuelo hemos decidido rendir homenaje a estos grandes olvidados y organizar nuestra particular gala. Sin más dilación pasamos a la entrega de premios, que  nos van a dar los Oscars...


- Mejor póster:

Chronicle: Ya desde el cartel muestra que no es una relato de superhéroes al uso.

Killing Them Softly: Un póster sencillo y directo que concentra a la perfección el estilo del film.

Beast of the Southern Wild: Imagen epítome de su espíritu fantástico y vitalista.

Expendables 2: Stallone dinamita hasta la publicidad.

El hobbit: La entrada de Hobbiton se basta  para evocar los buenos recuerdos de la trilogía anterior.

John Carter: Declaración de amor al género desde la promoción.

Django Unchained: Con un rojísimo fondo y una cadena rota, Quentin crea todo el hype del mundo.

The Master: Una mancha de Rorschach de los personajes en la que ya se intuye su caracter esquivo y desdoblado.

Paranorman: No oculta su filiación con la serie B ni su corte infantil.

Moonrise Kingdom: Un cuento de hadas desde la primera postal.

Wreck-It Ralph: La cara de su protagonista pixelada para empezar el juego con el lenguaje de 
los videojuegos que desarrollará en toda la película.

Ted: Te arranca las primeras carcajadas.


Vamos con los 3 mejores





- Mejores cameos:

Ted: Ryan Reynolds saliendo del armario y, claro, ¡FLASH!

The Amazing Spiderman: La habitual presencia de Stan Lee en las producciones de Marvel insertado con más humor que nunca.

The Dark Knight Rises: Batman. Ah, ¿que no era cameo?

The Muppets: Alan Arkin, Emily Blunt, James Carville, Feist, Zach Galifianakis, Donald Glover, Whoopi Goldberg, Selena Gomez, Dave Grohl, Neil Patrick Harris, Judd Hirsch, Ken Jeong, John Krasinski, Jim Parsons, Rico Rodriguez, Mickey Rooney, Kristen Schaal, Sarah Silverman, Eddie “Piolín” Sotelo... la lista es gigantesca, pero además falta la estrella: Jack Black.

21 Jump Street: aparición fugaz pero estelar de los actores protagonistas de la serie original: Johnny Depp y Peter DeLuise, cuya presencia fue exigida por el anterior en un gran gesto.

The dictator: Megan Fox satisfaciendo los deseos del Líder Supremo y un enorme Edward Norton realizándole una felación al trasunto chino de Kim Jong-il.

La palma se la lleva la película de Larry Cohen por conseguir que un actorazo como Norton aceptase tamaña broma. Ed deja en nada su trabajo en American History X.



- Mejores Banda Sonora Adaptada:













Django Unchained





Extraterrestre



- Mis apuestas:

Película: Argo

Actor: Daniel Day-Lewis

Actriz: Emmanuelle Riva

Actor secundario: Philip Seymour Hoffman

Actriz secundaria: Anne Hathaway

Director: Ang Lee

Guión original: Amour

Guión adaptado: Argo

Película de animación: Brave

Película de habla no inglesa: Amour

Fotografía: Life of Pi 

Montaje: Argo

Diseño de producción: Lincoln

Banda Sonora: Life of Pi 

Canción: Skyfall

Vestuario: Anna Karenina

Efectos especiales: Life of Pi

Maquillaje: Les miserables

Sonido: Les miserables

Montaje de sonido: Zero Dark Thirty

Documental: Searching for Sugar Man



31 de diciembre de 2012

Feliz 2013

Como me gusta ir a contracorriente, en vez de recopilar lo mejor que nos ha dado este año que está a punto de acabar, voy a escribir sobre los que más espero de éste que está a punto de comenzar. Porque me gusta ir a contracorriente y porque aún me faltan piezas fundamentales del 2012, he de confesar. Ya habrá reflexiones sobre este año que se extingue pero que yo no he terminado de digerir; todo a su tiempo.

En su debido momento llegará el recuerdo y la nostalgia; ahora mismo he preferido mirar hacia delante. Hacia delante y con optimismo, que este post se intitula "Feliz 2013" y no "¡Feliz 2013!". Es una realidad, no un anhelo.

Podremos (y vamos a) sufrir muchos contratiempos. Para mucha gente se avecinan tiempos aún más duros, pero siempre habrá una buena película o un buen episodio que enderece un día torcido, y con ésto y con algunos amigos y algunos amores, un poco de rock, unas salchipapas y unas birras, se puede ser maravillosamente feliz.

A continuación, sin un orden determinado, 13 cosas que contribuirán a ello en este 2013:


Open Windows: Tercer largo de Vigalondo, primero en rodarse en inglés y con reparto internacional. Estará narrado en tiempo real y a través de una pantalla de un ordenador portátil. También sale Sasha Grey (y Elijah Wood y Neil Maskell). ¿Quién da más?

Pacific Rim: Guillermo del Toro estrenará la fantasía de toda persona que hay tenido infancia.


Mad Men (6ª temporada): Penúltima temporada de la serie de Draper y cía. a la que esperamos con unas ganas incontenibles tras el maravilloso final de la anterior. Dinos, Don, ¿estás solo?

- Girls (2ª temporada): Tras dar la campanada este año con su estreno, Lena Dunham se enfrenta a la todavía más ardua tarea de mantener el nivel y cumplir con las altas expectativas que ella misma ha generado. Estoy convencido de que lo conseguirá.

- Die Hard V: 58 años tendrá su protagonista, Bruce Willis, durante su proyección en cines. Yo seguiré pagando por  verle en esta saga aunque la siguiente entrega la ruede con 70.

- Spring Breakers: Dicen que una imagen vale más que mil palabras:



- Boardwalk Empire (4ª temporada): Parece ser que todo lo que hemos visto hasta ahora eran los aperitivos. Me trago mis palabras por decir que la serie nunca volvería a alcanzar las cotas de épica del final de la segunda temporada. Nucky ha dejado de ser un gángster a medias, ¿te lo vas a perder?

- Mud: Aclamada en su paso por los festivales, parece que la nueva película de Jeff Nichols continua la progresión en la filmografía de un director que a este paso puede gabrar su nombre en la historia de este arte.

- To the Wonder: La última película de Terrence Malick. Punto.


- Anchorman 2: La secuela más esperada del 2013. Si no os retorcéis en el suelo de la risa, no me llamo Ron Burgundy.

- Dexter (8ª temporada): Por fin Showtime pone el cierre a su gallina de los huevos de oro. La séptima temporada hace pensar que la serie tendrá el final que se merece tras el descalabro de la quinta y la sexta.

- Los amantes pasajeros: Almodóvar regresa a sus orígenes en esta comedia que recuerda a sus primeras películas tras su paso por un cine más oscuro que nos ha dejado joyas como La piel que habito o Hable con ella.

- Breaking Bad (5ª temporada, Parte 2): Una de las mejores series de todos los tiempos y la mejor del momento llega a su fin en seis meses. Indudablemente un acontecimiento que has de marcar sí o sí en tu calendario.

Con esto despido el año bloguero. En 2013 más pero no mejor, porque es imposible.

21 de diciembre de 2012

Cine para el fin del mundo

Hoy, 21 de Diciembre del 2012, el mundo llega a su fin. Al menos según los mayas, aunque, en realidad, parece ser, que ni siquiera eso. Con la mirada puesta en éste día, mi amigo Eduardo, el hombre detrás de Billete de vuelta (blog que no me cansaré de recomendar), me propuso que elaborara un post sobre el cine del Apocalipsis para acompañar al que el tenía en mente sobre canciones: Canciones para el fin del mundoOportunidades como ésta no se presentan todos los días, así que me vi obligado a aceptar su oferta. 

Acepté sabedor de que en estos días previos se iban a publicar una cantidad ingente de listas de este tipo en los más variados medios y lugares de la Red. Mientras escribo estas palabras ya tenemos películas apocalípticas hasta en la sopa, así que, en lugar de seguir saturando a los lectores con las apuestas más obvias, trataré de enfocar el tema con una perspectiva más original o, más bien, menos manida. 

No hablaré de clásicos como The Day The Earth Stood Still, La noche de los muertos vivientes, Dr. Strangelove, El Planeta de los simios, 12 monos, Los Pájaros... Una lista que se podría engrosar con obras de ambientación y temática postapocalíptica como Blade Runner o Mad Max, dotadas incluso de mayor negrura que las que amenazan con la destrucción total.


Tampoco tratará este post sobre las películas más recientes de calado similar, pese a que hay muchas y muy reivindicables. Desde las todavía candentes obras magnas que son Extraterrestre, Take ShelterMelancolía hasta las controvertidas Children of Men y The Happening, pasando por ejemplos más ligeros pero igualmente estimables como Zombieland o Rise of the Planet of the Apes y sin olvidarnos del cine de animación, que nos ha regalado joyas del tamaño de Wall-E, amén del las que están por venir (todavía no se ha estrenado en España 4:44. Last Day On Earth de Abel Ferrara).

Parto de unas palabras que escribió hace dos años hombre venerado en este blog, Nacho Vigalondo:
"Entre las profecías y los blockbusters todos estamos convencidos de que el Apocalipis que acontecerá dentro de dos años va a ser un hecho específico, contundente y monumental, visible desde lejos. Esta perspectiva tiene éxito porque plantea un mecanismo de compensación frente al triste hecho de dejar de existir como individuos y como especie: Al menos, en el último instante, podremos presenciar un espectáculo a lo grande.
Sin embargo, la ciencia ficción más amarga nos ha dibujado destrucciones últimas mucho menos condescendientes." 
Al decir del Señor Ausente y aplicado al séptimo arte: "En el rato que llevamos de Apocalipsis y Fin del Mundo, que es bastante, lo más jodido de todo es que no está siendo como queríamos. Deseábamos que el fin del mundo fuera puro espectáculo, un blockbuster lleno de efectos especiales y épica de la supervivencia. Lo jodido es que en realidad se trata de una película de Ken Loach."

En efecto, si el Apocalipsis ocurriese hoy, sería más semejante a Lloviendo piedras que a Armageddon o Waterworld: la amenaza no es un meteorito gigante, sino tener que hurgar en un contenedor en busca los restos de un bocata de chopped o no poder costearse un tratamiento para una enfermedad letal. Tampoco vamos a ser invadidos por un ejército de alienígenas comandados por Loki ni tendremos un Hulk para defendernos: somos atacados por terroristas islamitas en la sombra y defendidos por agentes de la CIA como el Saul de Homeland, como ya apuntó  Noel Ceballos : "ese eterno centinela de un sistema en el que ya no cree, que se sabe única esperanza para evitar el colapso de Occidente mientras cena algún plato precocinado. En su despacho. O en su casa. Sobre la alfombra. Solo. Completamente solo."

Las películas que mejor reflejan este Apocalipsis/crisis económico, político y sobre todo moral son el día a día de algunas personas. Hace poco Dontayne Draper dijo sobre The Wire en una entrevista de  JotDown: "Es una serie. Claro que exageran una pizca. Esa es la cuestión: “solo una pizca”. En verano siempre jugábamos en la calle al fútbol americano. Cada noche había disparos. Y repito: c-a-d-a n-o-c-h-e. Entrábamos corriendo en casa. Esperábamos a que acabara el tiroteo. Salíamos y volvíamos a pasarnos la pelota. Hoy entiendo que es una locura tener que escapar con siete años de un drive-by [tiroteo en movimiento desde un coche], pero así es West Baltimore. Entonces tampoco nos preocupaba mucho. Era lo normal."

La verdadera batalla por el fin del mundo la libran los protagonistas de las películas de Aki Kaurismaki o de los hermanos Dardenne. Héroes silenciosos, siempre al borde del precipicio y sin apenas esperanzas ni motivos para continuar, su constante lucha es la verdadera épica.