21 de diciembre de 2012

Cine para el fin del mundo

Hoy, 21 de Diciembre del 2012, el mundo llega a su fin. Al menos según los mayas, aunque, en realidad, parece ser, que ni siquiera eso. Con la mirada puesta en éste día, mi amigo Eduardo, el hombre detrás de Billete de vuelta (blog que no me cansaré de recomendar), me propuso que elaborara un post sobre el cine del Apocalipsis para acompañar al que el tenía en mente sobre canciones: Canciones para el fin del mundoOportunidades como ésta no se presentan todos los días, así que me vi obligado a aceptar su oferta. 

Acepté sabedor de que en estos días previos se iban a publicar una cantidad ingente de listas de este tipo en los más variados medios y lugares de la Red. Mientras escribo estas palabras ya tenemos películas apocalípticas hasta en la sopa, así que, en lugar de seguir saturando a los lectores con las apuestas más obvias, trataré de enfocar el tema con una perspectiva más original o, más bien, menos manida. 

No hablaré de clásicos como The Day The Earth Stood Still, La noche de los muertos vivientes, Dr. Strangelove, El Planeta de los simios, 12 monos, Los Pájaros... Una lista que se podría engrosar con obras de ambientación y temática postapocalíptica como Blade Runner o Mad Max, dotadas incluso de mayor negrura que las que amenazan con la destrucción total.


Tampoco tratará este post sobre las películas más recientes de calado similar, pese a que hay muchas y muy reivindicables. Desde las todavía candentes obras magnas que son Extraterrestre, Take ShelterMelancolía hasta las controvertidas Children of Men y The Happening, pasando por ejemplos más ligeros pero igualmente estimables como Zombieland o Rise of the Planet of the Apes y sin olvidarnos del cine de animación, que nos ha regalado joyas del tamaño de Wall-E, amén del las que están por venir (todavía no se ha estrenado en España 4:44. Last Day On Earth de Abel Ferrara).

Parto de unas palabras que escribió hace dos años hombre venerado en este blog, Nacho Vigalondo:
"Entre las profecías y los blockbusters todos estamos convencidos de que el Apocalipis que acontecerá dentro de dos años va a ser un hecho específico, contundente y monumental, visible desde lejos. Esta perspectiva tiene éxito porque plantea un mecanismo de compensación frente al triste hecho de dejar de existir como individuos y como especie: Al menos, en el último instante, podremos presenciar un espectáculo a lo grande.
Sin embargo, la ciencia ficción más amarga nos ha dibujado destrucciones últimas mucho menos condescendientes." 
Al decir del Señor Ausente y aplicado al séptimo arte: "En el rato que llevamos de Apocalipsis y Fin del Mundo, que es bastante, lo más jodido de todo es que no está siendo como queríamos. Deseábamos que el fin del mundo fuera puro espectáculo, un blockbuster lleno de efectos especiales y épica de la supervivencia. Lo jodido es que en realidad se trata de una película de Ken Loach."

En efecto, si el Apocalipsis ocurriese hoy, sería más semejante a Lloviendo piedras que a Armageddon o Waterworld: la amenaza no es un meteorito gigante, sino tener que hurgar en un contenedor en busca los restos de un bocata de chopped o no poder costearse un tratamiento para una enfermedad letal. Tampoco vamos a ser invadidos por un ejército de alienígenas comandados por Loki ni tendremos un Hulk para defendernos: somos atacados por terroristas islamitas en la sombra y defendidos por agentes de la CIA como el Saul de Homeland, como ya apuntó  Noel Ceballos : "ese eterno centinela de un sistema en el que ya no cree, que se sabe única esperanza para evitar el colapso de Occidente mientras cena algún plato precocinado. En su despacho. O en su casa. Sobre la alfombra. Solo. Completamente solo."

Las películas que mejor reflejan este Apocalipsis/crisis económico, político y sobre todo moral son el día a día de algunas personas. Hace poco Dontayne Draper dijo sobre The Wire en una entrevista de  JotDown: "Es una serie. Claro que exageran una pizca. Esa es la cuestión: “solo una pizca”. En verano siempre jugábamos en la calle al fútbol americano. Cada noche había disparos. Y repito: c-a-d-a n-o-c-h-e. Entrábamos corriendo en casa. Esperábamos a que acabara el tiroteo. Salíamos y volvíamos a pasarnos la pelota. Hoy entiendo que es una locura tener que escapar con siete años de un drive-by [tiroteo en movimiento desde un coche], pero así es West Baltimore. Entonces tampoco nos preocupaba mucho. Era lo normal."

La verdadera batalla por el fin del mundo la libran los protagonistas de las películas de Aki Kaurismaki o de los hermanos Dardenne. Héroes silenciosos, siempre al borde del precipicio y sin apenas esperanzas ni motivos para continuar, su constante lucha es la verdadera épica. 




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