35) "Cedar Rapids" de Miguel Arteta: el gran Jordi Costa la ha definido como una "comedia de Preston Sturges poblada por personajes de Frank Capra, o de
extraño cruce entre la mirada sobre la pureza estadounidense de Fargo (1996) y las comedias de enredos viriles e inmaduros de la era Apatow". Sintiéndose más cómoda bajo una apariencia de pequeña obra despojada de cualquier pretensión, consigue retratar la pérdida de inocencia de un habitante de un minúsculo pueblo americano al salir de su idílico microcosmos y descubrir el castillo de mentiras sobre el que se sustentaba su cotidianidad. Con sus vitriólicas gotas de humor desnuda la doble moral americana; con su toques de optimismo propone una nueva suerte de humanismo capriano. Una película a reivindicar.
34) "Código fuente" de Duncan Jones: dirigida por el hijo de David Bowie, que ya mostró su talento para la ciencia-ficción de bajo presupuesto en la interesante Moon (2008). A partir de un buen guión con conocimiento de causa y que bebe de las mejores fuentes (en especial de Philip K. Dick), supone un atractivo entretenimiento tanto para los amantes del género como para los paladares menos entrenados. Su trama posee más profundidad (y melancolía) de lo que pueda parecer a primera vista.
33) "Horrible Bosses" de Seth Gordon: film que se adscribe a la moda de la comedia chabacana al más puro estilo de The Hangover (2009). Cargada de escatología, a priori se puede caer en la tentación de juzgarla por su trazo grueso, pero su humor caústico, su negra mirada, y su frenético ritmo de chiste por minuto (casi todos ellos haciendo diana) la convierten en una (desternillante) pieza de relojería cómica para todos aquellos que estén dispuestos a abrazar sin complejos los chistes de tetas y pedos.
32) "X-Men: First Class" de Matthew Vaughn: en un año cargado de cine de superhéroes (Captain America: The First Avenger, Thor, Green Lantern...) descolla esta atípica precuela o reeboot de la saga X-Men. Irónicamente, su principal baza es saber manejarse más allá de este género y realizar incursiones en el thriller con tintes políticos sobre la Guerra Fría, en el cine de espías de los 70 con carácter bondiano e incluso en el drama de ritos iniciáticos de la juventud saliendo bien parada de esta heterogénea mezcolanza.
31) "Los idus de Marzo" de George Clooney: con un pie en el cine político y otro en el thriller se erige esta interesantísima película de la que ya se hablo en este blog. Ciertos errores de guión no desmerecen en absoluto al conjunto del film, que se estrena en un momento idóneo: en medio de un panorama de corrupción y mediocridad en la política internacional cada vez más decadente.
30) "Mission Impossible: Ghost Protocol (Mission Impossible IV)" de Brad Bird: el festín definitivo del cine de acción. Bird, el relevo de Abrams en la saga (este último ahora en producción, donde su huella sigue latente), asume la carencia de pretensiones del proyecto y realiza una obra nacida con un única objetivo: entretener, y vaya si lo consigue. Narrada básicamente a través de set-pieces y con una trama mínima, parece querer desafiar las leyes del entretenimiento del mismo modo que el agente Ethan Hunt desafía las de la gravedad: sus 132 minutos de duración son una sucesión de clímax sin pausa alguna que hacen valer esa máxima de Cecil B. DeMille de que una película ha de empezar con una explosión y de ahí ir para arriba.
29) "Take Shelter" de Jeff Nichols: Extraña y conseguida reflexión sobre las alucinaciones y los trastornos psicóticos. Las soberbias interpretaciones del enfermizo Michael Shannon y la preciosa Jessica Chastain, el enrarecido clima que impregna toda el metraje, y su ambiguo y enigmático final la elevan por encima del resto de películas de este corte.
28) "War Horse" de Steven Spielberg: homenaje del incansable Spielberg a dos de sus maestros, John Ford y David Lean, pero con las constantes del director de Salvar al soldado Ryan (1998) y, ay, también con sus peores tics y su tendencia al melodrama más artificioso. No obstante, si acepta las reglas de su juego, el espectador podrá admirar el talento visual de Spielberg y su buena mano en la narración, así como emocionarse con la belleza de los paisajes captados por la cámara de Kaminski al ritmo del, una vez más, fantástico John Williams.
27) "Shame" de Steve McQueen: fascinante y valiente drama que gira en torno a la vida de un adicto sexual interpretado por un inmenso Michael Fassbender. El pulso y la asepsia con la que está contada la historia evitan que esta caiga en los escollos que una trama de estas características puede ocasionar (tendencia al morbo, vacuidad tras el efectismo...). Una película que nos habla de los infiernos generados por los desesos incontrolables en el apogeo de la sociedad consumista.
26) "Carnage" de Roman Polanski: depuración estilística y temática del cine del director polaco. Mediante únicamente cuatro actores (ésplendidos, eso sí) y desarrrollándose exclusivamente en un apartamento (a excepción de dos planos) Polanski consigue desnudar las miserias del ser humano sacando a la lúz todos sus vicios: la hipocresía, la superficialidad, la crueldad y el machsimo ocultos pero presentes en toda sociedad. Todo ello con el cinismo y el distanciamiento que solo otorga la edad.
25) "Moneyball" de Bennet Miller: película sobre un guión de los aclamados Steven Zaillian y Aaron Sorkin. Se nota especialmente la mano del segundo: al igual que en El ala oeste de Casa Blanca y La red social, la película se centra más en analizar las causas y las consecuencias del fenómeno que en el fenómeno en sí (en este caso el mundo de los equipos profesionales de baseball). Trata sobre el lado más amargo de... la victoria, pues relata como el equipo gestionado por Brad Pitt cosecha éxitos no a través del talento o del esfuerzo, sino siguiendo un complejo método de estadítica y finanzas. Esto queda realzado por la frialdad de la puesta en escena y del desarrollo de la cinta (no hay un sola secuencia de un partido en toda la película) que únicamente encuentra su vena emocional en la portentosa interpretación de Pitt y en su relación con el personaje de su hija.
24) "Rango" de Gore Verbinski: esta alucinante y alucinada cinta de animación ofrece un pastiche cocinado con ingredientes del western, del cine de animación más anárquico y de la comedia psicotrópica. Dotada de un singular sentido el humor, la película está cargada de hilarantes gags visuales, de guiños y parodias a clásicos de esos géneros, y de un formidable sentido el espectáculo. Supone una excelente alternativa a la animación de Pixar.
23) "Habemus Papam" de Nanni Moretti: original y atrevida propuesta que surge de la combinación de los siguientes elementos: teología, psicoanálisis, reglamentos deportivos y teatro, todo ello bañando en una capa de ironía y humor sutil a veces rayano en el surrealismo. La película aborda las desventuras de un cardenal recientemente elegido Papa que atraviesa una crisis existencial. Aunque parezca imposible no cae en el ridículo y sí brinda una interesante reflexión sobre la estructura de poder del Catolicismo.
22) "No habrá paz para los malvados" de Enrique Urbizu: la gran ganadora de la última edición de los Razzie españoles, los Goya, hace inevitable que todo buen espectador se pregunte cuantas obras maestras habría rodado este genio vasco de no vivir en un país en el que cuesta tanto financierse para sacar adelante una buen proyecto. La presente es otra muestra del enorme talento cinematográfico del director de la también magistral La vida mancha (2003). Él mismo la ha definido como una palo en las costillas. Es una pelicula que se ubica entre el western y el policiaco, seca y áspera, llena de silencios, de personajes deleznables, y que recorre un Madrid sucio y decadente. Como el mejor cine negro, está sujeta a interpretaciones y dibuja una moral ambigua, no se decanta por ninguno de los dos caminos de la justicia que muestra (el oficial pero inoperante sistema, encabezado por la jueza Chacón; y las brutales medidas que se hallan fuera del marco legal empleadas por ese policía hijo de puta que encarna a la perfección Coronado). El espectador se va a casa meditabundo, con una sola conclusión: sea como sea, no habrá paz para los malvados.
21) "Las aventuras de Tintín: El secreto del
Unicornio" de Steven Spielberg: el tintinófilo más riguroso podrá alegar que esta adaptación supone una traición al espíritu del tebeo, donde la intriga y el trazo sugerente predominaban sobre la acción, pero no podrá discutir el innegable sentido del espectáculo presente en toda la película desde sus geniales créditos de apertura. La película se asemeja más a la saga de Indiana Jones, llena de sus trepidantes set-pieces y cargada de su indomable espíritu de aventura. No faltan esas escenas de humor autoparódico, esta vez a cargo de tres fantásticos guionistas Steven Moffat (Coupling, Sherlock, Doctor Who), Edgar Wright (Shaun of the Dead, Scott Pilgrim vs. the World) y Joe Cornish (Attack The Block). En definitiva, una maravilla que va in crescendo hasta alcanzar el magistral clímax de la persecución en las calles de Marruecos.
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