21 de marzo de 2012

Semana extraterrestre (I): He visto otro mundo

Con motivo del estreno de la última película del gran Nacho Vigalondo, Extraterrestre, este blog se ha propuesto hacer un especial sobre el cine del de Cabezón de la Sal empezando con sus principales influencias.

El director de Los cronocrímenes ya ha hecho un estupendo y muy personal top con sus 5 marcianadas favoritas. Todas son harto recomendables, pero me gustaría hacer una mención especial a Platillos volantes, una magnífica película bastante desconocida. En ella, el también minusvalorado Óscar Aibar trasciende los límites de la ciencia ficción y nos entrega una cinta de una melancolía y una profundidad insospechada (e insondable).

Platillos volantes es algo así como la respuesta cínica y nihilista a 2001. Una odisea en el espacio: aquí también se busca esa inteligencia extraterrestre que otorgue sentido en medio del mundanal caos, pero lo único que se encuentra son palizas y mentiras.

Quizá, la locura de los protagonistas sea  la única respuesta cuerda al mundo en el que viven.  Quizá la única salida a sus tristes existencias, a los estúpidos conflictos globales y a la gris España del tardofranquismo sea la enajenación: unos intentan ser abducidos por ovnis, otros rezan sus dioses, otros vemos películas...

Toda la historia (y el final en especial) me recordó en cierto sentido a La delgada línea roja. En la película de Aibar, los protagonistas viven en medio de noticias sobre la inminencia de la guerra nuclear y el fin del mundo; en la de Malick, el soldado Witt está inmerso en una de las más encarnizadas batallas de la Segunda Guerra Mundial. En ambos casos, su reino no es de este mundo: unos se escapan con fantasías sobre inteligencia extraterrestre, otros con tribus melanesias. Como dice Witt, "he visto otro mundo; a veces pienso que fue solo mi imaginación."

Personalmente, creo que este mundo está más cerca de lo que parece, y prefiero el optimismo y la esperanza de Malick a la amargura y el dramatismo de Aibar.

En cualquier caso, la ciencia-ficción (y el cine de extraterrestres en particular) es un de los grandes géneros de escapismo. No hay más que ver a Elliot olvidar su ausencia paterna con la llegada de E.T. o a Sheldon soñar con ser acogido por Spock y teletransportado a otro universo en la desternillante The Big Bang Theory.

Vigalondo, enamorado de la sci-fi, lo sabe muy bien, y así lo demuestra en su brillante corto Código 7, obra maestra absoluta. Conviertiendo en ventaja falta de presupuesto para jugar con el lenguaje cinematográfico y la puesta en escena, el cántabro formula dilemas sobre la autenticidad de la realidad, la imaginación y el simulacro en un complejísimo entramado de tres niveles.


Al final, Nacho y Malick llegan a la misma conclusión: la única forma de evitar el aburriminento y la miseria es tener una nueva mirada, ver las cosas desde la fascinación, ya seas un chaval de Cantabria que ve Alien y Psicosis con el corazón en un puño a la par que devora tebeos de Batman ojiplático o un niño de Texas que mira boquiabierto a su alrededor, a las flores, a las mariposas, a la hierba... En palabras del maestro Schopenhauer: "Para tener ideas originales, extraordinarias y quizá hasta inmortales, basta quedar extraño completamente al mundo y a las cosas por un momento."  

13 de marzo de 2012

At Least It Was Here


Pasado mañana vuelve a nuestros televisores la tercera temporada de Community. Tras haber mirado de frente el temido abismo de la cancelación, la pandilla creada por Dan Harmon se mantiene en pie y regresa con ganas de seguir dando guerra por lo menos hasta cerrar la temporada. Negras nubes se ciernen sobre su posterior continuidad, pero, maldita sea, lo mismo se decía hace unos meses cuando la serie fue congelada por NBC y aquí estamos: con más ganas que nunca de disfrutar de los chicos de Greendale.

Community está condenada a luchar permanentemente contra la amenaza de la desaparición. Es una serie incomprendida e injustamente despreciada por una audiencia acostumbrada a las facilonas sitcoms de siempre. Su originalidad, su atrevimiento y su trabajada puesta en escena son tales que impiden que sea catalogada en esta categoría: Community es mucho más.


Empezó como la clásica comedia universitaria pero ya con un desternillante giro de tuerca en su planteamiento: se trata de una Community College (de ahí el título), que no tiene un equivalente en el sistema español, pero sería algo así como una universidad a la que asisten todo tipo de desnortados individuos (ancianos en busca de matar el tiempo, abogados para revalidar un título que se ha desvelado  fraudulento, cuarentonas que buscan hacer algo de provecho...).

Hasta ese momento, pese a sus peculiares tramas y su desarrollado estilo visual, todo entraba en el prototipo de sit com, una de las mejores que servidor había paladeado, eso sí. Dominaba a la perfección todos los registros cómicos: el gag físico, el diálogo ágil, la comedia bufa, el humor absurdo, el chiste fácil, la parodia, el poshumor... Nunca he visto una serie capaz de combinar tantos y tan variopintos tipos de humor con tanta naturalidad y tanto ritmo. Community es capaz de hacerte estallar en carcajadas tanto mediante un chiste de mariquitas como a través de parodiar El club de los poetas muertos (y la exaltación vitalista de Walt Whitman mal entendida).

Poco a poco, Community fue elaborando un lenguaje (y un humor) propio, metalingüístico y autorreferecial. Los episodios se llenaron de un tropel de alusiones cinematográficas, seriéfilas y de otros artes. Cada capítulo estaba punteado por un guiño que el espectador con poco bagaje no era capaz de percibir (mucho menos de aplaudir): Ghost (Beginner Pottery), las buddy cop movies (The Science of Illusion)... 

Las referencias cada vez cogían más peso en los capítulos, hasta el punto de condicionar su temática entera. Así, el vigésimo primer capítulo se desarrollaba de forma idéntica a la intro de Goodfellas en la que en  los protagonistas establecían una "mafia" en torno al reparto de los alimentos del comedor de la universidad: una genialidad.


Fue finalmente con el episodio 23, Modern Warfare, cuando la serie trasgredió todos los supuestos límites y se zambulló en un océano de locura y espíritu dionisíaco con posibilidades infinitas que a partir de ese momento no ha dejado de explorar. En el capítulo en cuestión, el espectador se quedaba tan atónito como uno de los personajes, Jeff,  que al despertar de una breve siesta se encuentra con que la universidad se ha convertido en un enorme campo de batalla de... ¡paintball! Lejos de quedarse en un gag, todo el episodio gira en torno a la partida, siendo su surrealismo únicamente superado por su comicidad. Sus poco más de 20 minutos de duración se erigían por sí mismos como una obra maestra: una pieza de orfebrería capaz de destacar por encima del conjunto serial.


A partir de ese momento, Community había encontrado en el exceso su camino a seguir: episodios que apenas siguieran las leyes de la continuidad teleserial y que desarrollaran cada uno una temática distinta. Pronto se sucedieron más capítulos de esta guisa. Alberto Nahum, catedrático, bloguero y sobre todo seriéfilo ya hizo una lista bastante completa aquí (contiene SPOILERS).

Lamentablemente, no está hecha la miel para boca del burro, y en el negocio de la televisión éstos tiene mucho poder. A medida que la serie continuaba ampliando sus fronteras narrativas, el público comenzó a darle la espalda.  Poco antes de llegar al meridiano de la tercera temporada y mientras la serie seguía reinventándose por imposible que pareciera alcanzando cotas de grandeza como las de, por ejemplo, el imprescindible Documentary Filmmaking: Redux, la NBC detuvo su emisión. Los rumores de cancelación corrieron como la pólvora, pero su incondicional fandom consiguió que la tercera temporada regresara. 

Como ya he dicho, el futuro de la serie es más incierto. Tal vez, e irónicamente, solo nos quede consuelo en las palabras del Profesor Whitman: "(Go to the nurse!) Seize the day!" No sabemos cuánto más durará Community, cuándo será el último "gaaay" de Chang, la última crueldad de Pierce,  el último embuste pícaro de Jeff, la última cursilada de Annie, la última digresión friki de Abed, la última bobada de Troy, la última protesta revolucionaria de Britta, la última reconciliación de Shirley, el último disfraz del decano o el último "pop, pop" de Magnitude. Lo único que podemos hacer es disfrutar de lo que sabemos que queda seguro y así decir que al menos estuvimos allí y lo vimos en directo reconociendo la joya que es, como estoy seguro de que se hará en un futuro. ¡Carpe diem y nos vemos en Greendale!

 

1 de marzo de 2012

Nostalgia y futuro


Cuenta la leyenda (término con  el que se ha pasado a camuflar la estrategia de marketing) que el éxito de Coca-Cola radica en su misteriosa fórmula desconocida por todos sus competidores, que intentan incesantemente repetir ese logro a base de mezclar ingredientes similares pero con estéril resultado, pues no dan con el componente secreto necesario y sin el cual la fórmula carece de sentido. De la misma manera, "The Artist" intentar revivir la majestuosidad del cine mudo imitando sus constantes (silencio, fotografía clásica y en blanco y negro, omnipresencia de la música...) pero obvia el elemento más importante que elevó a todas esas cintas (y, en definitiva, a cualquier película) a la categoría de obras de arte: el alma. 


Bajo su atrevida apuesta formal, la flamante ganadora del Óscar oculta el vacío. No me refiero únicamente a su endeble argumento (simplón hasta más no poder), sino a su propósito: es una obra que no aporta nada nuevo. Ni siquiera funciona como ejercicio de estilo, ya que apenas revoluciona o juega con los elementos de este tipo de cine, a excepción de la escena del sueño de Jean Dujardin, probablemente la mejor del metraje, en la cual su personaje se ve inmerso en una pesadilla en la que él es el único incapaz de generar sonidos. Si la película hubiese optado por profundizar en esa vertiente metacinematográfica sí que estaríamos hablando de una propuesta original y valiente, digna de toda la admiración profesada; desgraciadamente, ha elegido el camino fácil: una insistencia machacona en la caída a los infiernos de una vieja gloria del cine mudo (tramas ya tratadas con buen hacer en las, estas sí magníficas,  Sunset Boulevard y Singin' in the Rain) y una artificiosa historia de amor a la que acusar de tópica es quedarse corto.

Aunque parezca lo contario, "The Artist" es una película fría y calculada, un fraude diseñado con astucia para atrapar al espectador poco curtido creándole un falso sentimiento de nostalgia cinematográfica inexistente. Filmoteca Española ha programado un ciclo "Fritz Lang (1919-1929)" para este próximo mes de marzo: a ver cuántos fans de "The Artist" pasan por allí.

Aquellos  que quieran una buena película muda, que revisen a los grandes maestros : Chaplin, Buster Keaton, Murnau, Eisenstein, Fritz Lang, Victor Sjöström, von Stroheim, D. W. Griffith, King Vidor...

Aquellos que quieran ver una auténtica declaración de amor al cine y una oda al lenguaje cinematográfico, que acudan al cine a ver "Hugo" (y, si puede ser, en 3D). 

Hay pocos directores tan cinéfilos como Scorsese, sus documentales y sus ayudas a la filmoteca así lo acreditan, pero es su último trabajo el que lo revela como un romántico perdidamente enamorado del séptimo arte. Rodada estereoscópicamente y con unos efectos especiales y una ambientación que quitan el hipo, la película basada en el excelente libro infantil La invención de Hugo de Brian Selznick (narrado mediante texto y dibujos) asume la estrecha relación entre el cine y la magia y emplea las más modernas técnicas para seguir sorprendiendo al público expandiendo los horizontes del sentido del espectáculo y así crear nuevas ilusiones. 

"Hugo" sí es un sentido homenaje al cine, al arte y a la magia que en vez de mirar al pasado decide contribuir para crear el futuro renovando un medio caracterizado por sus infinitas posibilidades y su constante cambio pero siempre con respeto hacia  las bases establecidas por los Lumière y por Méliès y siguiendo sus propósitos: fabricar sueños.

27 de febrero de 2012

La realidad y el deseo


Esta noche es la ceremonia de los Oscars. Hace solo unas pocas horas se realizo otra entrega de premios por alguien con mucho más criterio que todos esos aburridos académicos, esto es, yo. 

Ahora me dispongo a hacer un breve análisis sobre las nominadas y a atreverme con un pronóstico (si acierto más de la mitad, me doy con un canto en los dientes):



Mejor largometraje animación

¿Quién va a ganar? Rango
¿Quién debería ganar? Rango o Chico y Rita
¿Qué coño no hace aquí? Arthur Christmas, Cars 2, Tintin...
¿Qué coño hace aquí? El gato con botas, Kung Fu Panda 2


Mejores efectos visuales

¿Quién va a ganar? Rise of the Planet of the Apes
¿Quién debería ganar? Rise of the Planet of the Apes
¿Qué coño no hace aquí? -
¿Qué coño hace aquí? -


Mejores efectos sonoros

¿Quién va a ganar? War Horse
¿Quién debería ganar?Drive                                     
¿Qué coño no hace aquí? -
¿Qué coño hace aquí? -


Mejor sonido

¿Quién va a ganar? War Horse
¿Quién debería ganar? War Horse
¿Qué coño no hace aquí? Drive
¿Qué coño hace aquí? -


Mejor maquillaje

¿Quién va a ganar? Harry Potter y las Reliquias de la Muerte - Parte II
¿Quién debería ganar? Harry Potter y las Reliquias de la Muerte - Parte II
¿Qué coño no hace aquí? -
¿Qué coño hace aquí? -

Mejor vestuario



¿Quién va a ganar? La invención de Hugo
¿Quién debería ganar? La invención de Hugo
¿Qué coño no hace aquí? Los descendientes, Young Adult y Drive simplemente por las camisas hawaianas de George Clooney, el chándal choni de Charlize Theron y la cazadora del escorpión de Ryan Gosling; Sucker Punch...
¿Qué coño hace aquí? W.E. y The Artist





Mejor dirección artística

¿Quién va a ganar? La invención de Hugo
¿Quién debería ganar? La invención de Hugo o War Horse
¿Qué coño no hace aquí? El árbol de la vida, Drive, J. Edgar...
¿Qué coño hace aquí? -


Mejor banda sonora
  
¿Quién va a ganar? The Artist
¿Quién debería ganar? El topo
¿Qué coño no hace aquí? Drive, El árbol de la vida, La piel que habito...
¿Qué coño hace aquí? -


Mejor fotografía

¿Quién va a ganar? La invención de Hugo
¿Quién debería ganar? El árbol de la vida
¿Qué coño no hace aquí? Drive, El Havre, Le gamin au vélo, Immortals, La piel que habito, Melancholia...
¿Qué coño hace aquí? -


Mejor montaje

¿Quién va a ganar? The Artist
¿Quién debería ganar? The Girl with The Dragon Tattoo o Los descendientes
¿Qué coño no hace aquí? Drive, El árbol de la vida, El Havre, Le gamin au vélo, La piel que habito...
¿Qué coño hace aquí? -


Mejor guión adaptado

¿Quién va a ganar? Los descendientes
¿Quién debería ganar? Los descendientes
¿Qué coño no hace aquí? Drive, La piel que habito, The Girl with The Dragon Tattoo, Un método peligroso, One day...
¿Qué coño hace aquí? -



Mejor guión original

¿Quién va a ganar? The Artist
¿Quién debería ganar? Midnight in Paris o Nader y Simin, una separación
¿Qué coño no hace aquí? Young adult, Shame, Arthur Christmas, El Havre, Le gamin au vélo, Rango, J. Edgar...
¿Qué coño hace aquí? The Artist


Mejor película de habla no inglesa

¿Quién va a ganar? Nader y Simin, una separación
¿Quién debería ganar? Nader y Simin, una separación
¿Qué coño no hace aquí? El Havre, Le gamin au vélo, La piel que habito, No habrá paz para los malvados, Melancholia...
¿Qué coño hace aquí? -


Mejor actriz de reparto

¿Quién va a ganar? Bérénice Bejo
¿Quién debería ganar? Melissa McCarthy
¿Qué coño no hace aquí? Carey Mulligan por Drive o Shame, Jessica Chastain por La deuda, El árbol de la vida o Take Shelter, Shailene Woodley por Los descendientes...
¿Qué coño hace aquí? Bérénice Bejo


Mejor actor de reparto

¿Quién va a ganar? Christopher Plummer
¿Quién debería ganar? Christopher Plummer
¿Qué coño no hace aquí? Brad Pitt por El árbol de la vida, Bryan Cranston por Drive...
¿Qué coño hace aquí? -


Mejor actriz principal

¿Quién va a ganar? Meryl Streep por La dama de hierro
¿Quién debería ganar? Rooney Mara por The Girl with The Dragon Tattoo o Meryl Streep por La dama de hierro
¿Qué coño no hace aquí? Charlize Theron por Young Adult, Kirsten Dunst por Melancholia
¿Qué coño hace aquí? -


Mejor actor principal

¿Quién va a ganar? George Clooney
¿Quién debería ganar? George Clooney o Gary Oldman
¿Qué coño no hace aquí? Ryan Gosling (Drive o Los idus de marzo), Michael Fassbender (Shame, Jane Eyre o Un método peligroso), Michael Shannon (Take Shelter), Leonardo DiCaprio (J. Edgar)...
¿Qué coño hace aquí? -



Mejor director

¿Quién va a ganar? Michel Hazanavicius
¿Quién debería ganar? Terrence Malick
¿Qué coño no hace aquí? Nicolas Winding Refn, Aki Kaurismäki, los  Dardenne...
¿Qué coño hace aquí? Michel Hazanavicius


Mejor película

¿Quién va a ganar? The Artist
¿Quién debería ganar? El árbol de la vida
¿Qué coño no hace aquí? Drive, El Havre, Le gamin au vélo...
¿Qué coño hace aquí? The Help, The Artist y Tan fuerte, tan cerca