Cuenta la leyenda (término con el que se ha pasado a camuflar la estrategia de marketing) que el éxito de Coca-Cola radica en su misteriosa fórmula desconocida por todos sus competidores, que intentan incesantemente repetir ese logro a base de mezclar ingredientes similares pero con estéril resultado, pues no dan con el componente secreto necesario y sin el cual la fórmula carece de sentido. De la misma manera, "The Artist" intentar revivir la majestuosidad del cine mudo imitando sus constantes (silencio, fotografía clásica y en blanco y negro, omnipresencia de la música...) pero obvia el elemento más importante que elevó a todas esas cintas (y, en definitiva, a cualquier película) a la categoría de obras de arte: el alma.

Aunque parezca lo contario, "The Artist" es una película fría y calculada, un fraude diseñado con astucia para atrapar al espectador poco curtido creándole un falso sentimiento de nostalgia cinematográfica inexistente. Filmoteca Española ha programado un ciclo "Fritz Lang (1919-1929)" para este próximo mes de marzo: a ver cuántos fans de "The Artist" pasan por allí.
Aquellos que quieran una buena película muda, que revisen a los grandes maestros : Chaplin, Buster Keaton, Murnau, Eisenstein, Fritz Lang, Victor Sjöström, von Stroheim, D. W. Griffith, King Vidor...
Aquellos que quieran ver una auténtica declaración de amor al cine y una oda al lenguaje cinematográfico, que acudan al cine a ver "Hugo" (y, si puede ser, en 3D).

"Hugo" sí es un sentido homenaje al cine, al arte y a la magia que en vez de mirar al pasado decide contribuir para crear el futuro renovando un medio caracterizado por sus infinitas posibilidades y su constante cambio pero siempre con respeto hacia las bases establecidas por los Lumière y por Méliès y siguiendo sus propósitos: fabricar sueños.
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