22 de marzo de 2012

Semana extraterrestre (II): Ciencia-ficción low-cost

Afirma Vigalondo que nadie podrá quejarse del escaso presupuesto de Extraterrestre en cuanto a los pobres efectos especiales de la película, pues directamente no los hay. La mejor forma de rodar sin que esta precariedad de medios quede patente es evitar aquellas situaciones en las que precisamente se necesitan estos medios.


A través de una minuciosa planificación del guión se omiten toda clase de escenas que sobrepasen el presupuesto. De esta forma, la película no se resiente ni resulta barata o cutre. Se puede rodar una buena película de ciencia-ficción con un presupuesto mínimo pese a tratarse del género con algunos de los rodajes más costosos de la historia.; lo importante  es tener algo que contar, una buena historia.


Existen numerosas formas de circunvalar aquellas escenas que necesitarían una mayor inversión económica mayor: la elipsis, el fuera de campo... Como dice Vigalondo en Una lección de cine, "en el cine, muchas veces es más importante la expectación que creas entorno al contenido que el contenido en sí". No hacen falta unos portentosos efectos especiales. Por ejemplo, en una película de ovnis, puede resultar más efectivo y sugerente mostrar las caras impactadas de los terrícolas antes que un plano millonario de un ovni.




Shyamalan ya nos enseñó en Señales que unos crujidos en la tarima y una bombilla intermitente pueden perturbar más al espectador que un ejército de marcianos diseñados a la perfección . En un ejemplo más reciente, Abrams solo mostraba a su monstruo hacia el final de Super 8 después de haberlo sugerido en varias escenas, como la magistral secuencia de la gasolinera. En la película se notaba mucho la influencia de Spielberg (más como objeto de admiración que como productor ejecutivo) figura esencial en el cine de aliens. De su versión de La guerra de los mundos bebe mucho extraterrestre: no en su espectacularidad pero sí en su mirada a la modernidad integrada en esta invasión de otro planeta. Pero la película que explotó todas esas posibilidades es Cloverfield (volvemos a Abrams esta vez como productor ejecutivo él) casi un falso documental del apocalipsis rodado por una cámara cuya presunta función era grabar una pedida de mano. Tirando del hilo también podemos reconocer la deuda con la genial REC: no hay más que ver el primer teaser postal de Extraterrestre.


Volviendo al tema principal del post, las películas "low cost", hay que decir que, en ocasiones, la falta de medios agudiza el ingenio y ha contribuido ingentemente al desarrollo del lenguaje cinematográfico. Los ejemplos son infinitos: el fuera de campo se inventó básicamente para esquivar al Código Hays, los cientos de planos y la velocidad de los cortes en la escena de la ducha de Psicosis fueron idea de Hitchcock para no mostar el asesinato en sí (en ningún momento vemos como se clava el cuchillo), el mítico congelado y zoom con el que acaba Los 400 golpes se debió a que Jean-Pierre Léaud no mantuvo la mirada hacia la cámara, el miedo que generaba Tiburón era provocado por la ausencia del monstruo en la pantalla debida a la imposibilidad de simularlo con los efectos especiales de la época...

Así se ha de agradecer esta "bendita" precariedad de Vigalondo y esperar que siga causando obras maestras (no hay que olvidar que Código 7 costó dos duros y Los cronocrímenes tuvo un exiguo presupuesto). En el caso de Extraterrestre, su minúscula inversión hace que se desarrolle casi íntegramente en el mismo apartamento y sin apenas efectos especiales. Veremos como resuelve el desafío: no me cabe ninguna duda de que caerá de pie tras este salto mortal.

Para finalizar, os dejo las sabias palabras (e imágenes) de Vigalondo en su corto Ciencia-ficción barata para promocionar el Concurso de Cortometrajes Agua y Desarrollo Sostenible:


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