30 de marzo de 2013

Top 2012 (III)

30) Brave
Parece que Pixar no pincha. Nunca. Es incapaz de estrenar algo ligeramente mediocre. Sus producciones siempre alcanzan la excelencia y Brave no se ha quedado atrás pese que a que algunos sectores de la crítica ya hayan catalogado como obra menor, conservadora e infantil. Puede que no suponga una idea tan revolucionaria como Up o Wall-E, pero es un fantástico cuento de princesas capaz de partir de los tópicos para pervertirlos componiendo una emotiva historia que reflexiona sobre las relaciones paterno-filiales, la herencia y el cambio, y lo viejo (Disney) y lo nuevo (Pixar). Una de las mejores animaciones que este cronista ha visto se ocupa de insuflar vida al relato dedicando una descomunal dedicación en reconstruir desde cada rizo del cabello de la protagonista hasta cada brizna de hierba de las Highlands escocesas.


29) In Another Country
Como si de variaciones musicales se tratara, Hong Sang-soo estructura esta supuesta comedia ligera en tres fragmentos muy similares a los que va introduciendo pequeños matices que les diferencian  a unos de otros. La misma armonía pero distinta melodía y distinto tempo. Las historias siguen un sencillo patrón: una turista francesa encarnada por Isabelle Huppert llega a un tranquilo pueblo de la costa coreana armando toda clase de enredos amorosos. El quién, por qué y con quién va permutando de una historia a otra, pero siempre se mantienen constantes los mismos temas de fondo: el amor, la infidelidad, el deseo… Con la sencillez y la naturalidad que le caracterizan, el director de Oki´s Movie nos muestra cómo interactúan estos personajes y construye un fascinante juego de espejos entre tres historias que dialogan entre sí hilvanando un todo mucho mayor a la suma de sus partes: una de esas agradables comedias que en su apariencia de humildad revela grandes verdades.


28) The Guard
Uno de los títulos que más me ha costado dejar fuera este año ha sido 7 psicópatas, la nueva película del director de la extraordinaria In Bruges, Martin McDonagh. Ambas películas beben a partes iguales del revisionismo pop tarantiniano, el humor negro de los Coen y el Teatro del Absurdo (Becket en especial) consiguiendo, no obstante, un universo propio. Pero mientras que In Bruges suponía una estimulantes novedad, 7 psicópatas carecía de esa frescura que convertía a su anterior trabajo en algo tan sorprendente, frescura que también he encontrado en el debut de su hermano John Michael McDonagh. En The Guard se mantienen presentes las mismas constantes familiares (incluso emplea a Brendan Gleeson de también) dando lugar a una finísima comedia negra con toques de thriller y la suficiente cantidad de peculiares matices (ahí están esos villanos que discuten sobre Schopenhauer) para convertirla en una película única.


27) Wreck-it Ralph
Pese al excepcional trabajo de Pixar este año, ha sido la vieja Disney la que se ha facturado la mejor película de animación del 2012. Algo así como “el Toy Story de los videojuegos”, Wreck-it Ralph nos muestra la vida secreta de los personajes de los recreativos arcade con mucho cariño y conocimiento de causa reflejado en la maravillosa traducción del lenguaje de las consolas al medio cinematográfico. Un divertido y tremendamente emotivo homenaje al denostado arte del videojuego que además encierra en las aventuras del protagonista una rica reflexión sobre el libre albedrío y nuestro lugar en el mundo.


26) The Muppets
El regreso de los teleñecos tras unos años desaparecidos del mapa ha resultado capaz de reavivar una saga caída en el olvido hasta el punto de que en estos instantes se está rodando una secuela esta vez protagonizada ni más ni menos que por Ricky Gervais.  ¿La clave? Saber renovar la antigua fórmula pero, eso sí, manteniendo intacta su  esencia. Para ello ha contado con un acertado casting lleno de humor y caras conocidas, unos divertidos números musicales y un milimetrado guión con bienvenidas dosis de autoconsciencia, intertextualidad y acidez insospechadas a primera vista.


25) Zero Dark Thirty
Tras la loable pero irregular The Hurt Locker (En tierra hostil), Katrhyn Bigelow vuelve con una película que continúa la senda hiperrealista de ésta (cámara en mano, discreto score…). Gélido retrato de las pesquisas de la agente de la CIA que capturó a Bin Laden (magníficamente interpretada por Jessica Chastain), ha levantado ampollas  dado que el tema sigue candente (recuérdese que los hechos narrados sucedieron hace menos de 2 años). En realidad, se trata de una obra ejemplarmente imparcial y aséptica, ajena a toda clase de manipulaciones y juicios morales y cuya ambigüedad ha despertado toda clase de interpretaciones. Bigelow sirve los hechos y deja que el espectador los digiera como desee.


24) Oslo, 31 de Agosto
Se podría decir que existe un género propio para aquellas obras que se desarrollan en un solo día capturando todas las emociones del protagonista, como un corte transversal sobre su vida. Solo vemos una parte minúscula, pero la podemos ver con más precisión e intensidad. En Oslo, 31 de Agosto no sabemos mucho de Anders, nuestro protagonista; unos pocos detalles por encima para que el espectador no se encuentre completamente desubicado son suficientes. Sabemos, eso sí, que se encuentra en un profundo estado de depresión y que ha intentado terminar con una existencia destrozada por la drogadicción. Durante el día en el que transcurre la película Anders se debatirá entre la vida y la muerte mientras se encuentra con viejos conocidos, charla con amigos, acude a su psiquiatra, y, quizá, le da una última oportunidad para el amor y la redención.  La segunda película de Joachim Trier, primo de Lars, es directa y fría como una bala de hielo dirigida al corazón gracias a una asombrosa capacidad para dibujar un cuadro de las emociones y pensamientos que dan vueltas en la cabeza del  protagonista generando una desgarradora empatía.


23) No
Magistral pieza de cine político-histórico con la que Pablo Larraín culmina su trilogía sobre la historia reciente de Chile (Tony Manero y Post Mortem las anteriores) en la que son admirables varios atributos: su fluida narración que permite asimilar la cantidad de datos históricos que lanza, su facilidad para pasar de la ficción a las imágenes de archivo mediante su particular formato de vídeo (el mismo con el que se grababa en los años del plebiscito), sus deliciosas pinceladas de ironía y mala baba, el excelente trabajo de un Gael García Bernal que lleva el peso de la película… Pero, sin duda, lo que hace de No una obra maestra es su inteligente y desengañada mirada sobre una política bañada del desencanto generado por la ausencia de un cambio real: tras la victoria de los acontecimientos yace oculta una derrota mucho más profunda.


22) Blancanieves
Película increíble en todos los sentidos: un vasco rueda una versión muda y en blanco y negro del cásico cuento ambientada en la Andalucía del toreo, el flamenco y las barracas de feria. Pablo Berger, que ya se había erigido como una fascinante anomalía dentro del cine español con la brillante Torremolinos 73, consigue encajar todas las piezas de esta extrañísima amalgama para ir más allá del mero homenaje y lograr una obra valiente, mágica y única. Llena de sabiduría cinematográfica pero a la vez revestida de inocencia e ilusión, Blancanieves demuestra que aún podemos caer bajo el embrujo de las viejas historias.


21) Scabbard Samurai
La tercera película de Hitoshi Matsumoto, uno de los más sorprendentes de los últimos años puede resultar, a priori, más convencional que sus anteriores trabajos, pero en el fondo es tan radical e innovadora como ellos. Scabbard Samurai podría pertenecer a esa clase de películas que narran las hazañas de estos guerreros con un estricto código de honor (Los siete samuráis, Harakiri...), pero presenta una particularidad: el protagonista ha perdido su katana con la deshonra que ello entraña. Así pues, nos encontramos a medio camino entre la parodia y el homenaje al cine de samuráis: Matsumoto parte de un humor basado en el patetismo que parece inspirado en Humor amarillo (el programa creado por Takeshi Kitano) para llegar a agudas conclusiones sobre los valores de la elite militar japonesa. Como bien es sabido, solo hay un paso de lo sublime a lo ridículo, o, en este caso, de lo ridículo a lo sublime, y el director de Symbol es de los pocos directores contemporáneos que se atreven a darlo. 


16 de marzo de 2013

Top 2012 (II)

40) Paranorman
En un año con una gran cosecha de cine de animación, la nueva película de Laika, el estudio responsable de la magnífica Coraline, se hace con un lugar en esta lista gracias a su espectacular diseño de personajes que les dota de una gran expresividad, pero sobre todo, destaca por su inteligente guión capaz de combinar un tono a priori infantil con homenajes al terror gótico más puro en la senda de la citada película de Henry Selick. Por si fuera poco también se atreve con incursiones a la serie B haciendo gala de un humor macabro y logra ofrecer una certera radiografía sobre una sociedad llena de miedos y prejuicios empeñada en esconder bajo la alfombra a los melancólicos chicos ostra burtonianos con tal de no enfrentarse a sus pesadillas. Mucho más ácida y aguda de lo que pudiera parece a primera vista, tampoco renuncia a la más pura emoción en su clímax final.


39) Killing Them Softly
La tercera película de Andrew Dominik ha sido una de las grandes olvidadas de la temporada de premios, ni siquiera la excelente actuación de Brad Pitt (cada año mejor) ha sido reconocida con alguna nominación en los certámenes de mayor alcance mediático. En el fondo era de esperar, pues Killing Them Softly es un ataque frontal a los Estados Unidos sin asideros o válvulas de escape. El director australiano  ofrece una de las más negras visiones de Norteamérica jamás vistas en la que toda relación tiene como único motor el dólar: "America's not a country, it's a fucking business", al decir del protagonista en un explícito y directo parlamento a cámara, pues se trata de una cinta que no busca la sutileza y ambigüedad  Estamos ante una respuesta inflamada y rabiosa a los tiempos que corren. Si en su anterior trabajo, El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, Dominik retrataba elegíacamente un Far West crepuscular en el que los viejos valores están empezando a desaparecer, aquí ya no queda ni rastro de ellos. Tampoco se avistan el lirismo ni la pausa de aquella; han sido remplazados por un ritmo frenético con una trama que apenas cuenta con desvíos: se trata de una historia breve, sencilla y seca que te golpea como un palo en las costillas dejándote aturdid. Donde antes se escuchaban melodías compuestas por Warren Ellis y Nick Cave, ahora solo suenan de fondo noticias de la crisis.


38) REC 3
Las dos anteriores entregas de la saga REC eran dos notables ejercicios de terror realizados en forma de found footage. Sin desmerecer a sus antecesoras, esta tercera parte rodada en solitario por Paco Plaza las dos anteriores fueron dirigidas al alimón con Jaume Balagueró, que en esta ocasión tenía entre manos la cuarta y última cinta) da un cambio de rumbo hacia la comedia más disparatada. Una maniobra arriesgada y temeraria que ha dejado por el camino a varios de los antiguos fans: ellos se lo pierden. En lugar de repetir la jugada con el único fin de hacer caja, Plaza decide renovar el universo REC obteniendo un producto completamente original que no agota ni abusa de los hallazgos previos y que añade toneladas de humor y mucha mala leche para todos (desde los infames bodorrios con camisas moradas, hasta la SGAE, pasando por algunas ridículas tradiciones, españolas en general y valencianas en particular). El componente metacinematográfico sigue ahí (la película comienza con el menú de un DVD, como si se tratara de un vídeo de una boda) y en los primeros minutos se mantiene el formato cámara en mano hasta que por un golpe de trama se pasa a una cámara cinematográfica más convencional para narrar lo que en ciertos aspectos podría contemplarse como el Shaun of the Dead patrio.



37) The Avengers
Uno de los proyectos más titánicos del Hollywood de los últimos tiempos que ha tardado años en levantarse. Ha sido necesaria la creación de cuatro franquicias (Thor, Hulk, Iron Man y Capitán América) y su posterior convergencia para empezar a trabajar en ella. Este circo solo podía ser puesto en escena por alguien como Joss Wedhon: director (Serenity), showrunner (Buffy Cazavampiros, Angel, Firefly...), guionista de cómics (Astonishing X-Men), pero, por encima de todo, un fan, como tú y como yo. Sus Vengadores bien pueden ser la mejor adaptación de un cómic de superhéroes a la pantalla de todos los tiempos. Desde luego es la que mejor ha entendido lo que es llevar un tebeo al cine (con todas las dificultades que entraña el salto de medios): una película, un arco argumental. Estructurada a golpe de set-pieces ahorrando bastante en aburridas presentaciones de personajes y reflexiones baratas, contiene todo la acción y el sentido del espectáculo que un lector pueda esperar. El séptimo arte nuca ha estado tan cerca del noveno como en ese fascinante  plano-secuencia de la pelea final en el que la cámara va pasando de vengador a vengador como si fuesen viñetas.


36) The Cabin in the Woods
De nuevo toca darle las gracias al omnipresente Joss Whedon, aquí en su faceta de productor, sin menospreciar la labor del director Drew Goddard (creador de Cloverfield, esta vez a la vera de J. J. Abrams). The Cabin in the Woods es probablemente la película de terror más original de los últimos años. Una inteligente propuesta que se dedica a montar todos los tópicos de este tipo de cine para luego desmontarlos uno a uno y darles la vuelta en un giro que podría asociarse a las metaficciones de Charlie Kauffman.  Parte del subgénero de historias de cabañas perdidas en el bosque para, a medida que avanza la trama, convertirse en algo único que es capaz de aglutinar muchos más tipos de horrores, por no decir todos. Quizá se le puede acusar de ser demasiado cerebral, pero no es tanto una cinta que busque la sorpresa o el susto al uso, sino una reflexión sobre su género. No obstante, su desenlace depara un auténtico festival de terror en el que se desata el Apocalipsis y se abren las puertas del infierno liberando todas las fuerzas del pandemonium.


35) Ted
Debut en la gran pantalla de Seth MacFarlane, creador de Family Guy. Una máquina de hacer reír desde un prólogo que es oro puro: una lección sobre cómo presentar la trama en poco tiempo y con mucho humor. Tras los créditos iniciales la película logra aguantar el tipo y mantiene el nivel cómico con una continua aportación de memorables gags socarrones y macarras. Los grotescos momentos protagonizados por este pelicular oso son lo que da brillo al conjunto elevándolo por encima de la tópica comedia romántica con protagonista masculino inmaduro, amén de la aparición estelar de un cameo que prefiero no desvelar. Todo ello coronando una agradable historia de amor y amistad que se atreve a llevar a la trama hasta las últimas consecuencias respetando su coherencia interna. Finalmente, si ya hemos advertidos del prólogo, su magnífico epílogo no se queda atrás y deviene en un broche perfecto para esta comedia bufa en la que MacFarlane se estrena en Hollywood dando un golpe de autoridad sobre la mesa.


34) Alps
Giorgios Lanthimos continúa explorando las sombras de nuestra sociedad con otra historia profundamente sórdida. Si en su anterior trabajo, Canino, el oscuro objeto del análisis era la familia, aquí el director griego clava su bisturí en el conjunto de la sociedad. La trama ya anuncia lo barroco del proyecto: Alps es el nombre en clave de un colectivo especializado en hacerse pasar por personas fallecidas que contratan los propios familiares u otros allegados del difunto. A partir de esta premisa, Lanthimos llevará hasta extremos enfermizos estos "robos" de identidad dando lugar a situaciones realmente perturbadoras: escenas de unas cargas sexuales y de violencia realmente incómodas (y siniestras) rodadas sobriamente y sin recato alguno,  con la cámara como testigo incapaz de apartar la mirada.


33) The Imposter
Otro extraordinario documental que entra en la lista. Genera una continua confusión entre realidad y ficción en la cabeza del espectador, que no sabe si lo que le cuentan sucedió realmente o si está ante un falso documental. El gran acierto del director es mantener esa ambigüedad todo el metraje aumentando la tensión y la incomodidad que genera el desconocimiento de la realidad de los hechos. Su increíble trama también atrapa y consigue poner la piel de gallina en la misma forma en que lo haría una película de suspense puro. Estamos a lo más parecido que hay a un documental filmado por Hitchcock. Y de postre, un agudo retrato de una (tenebrosa) familia de clase baja americana y de sus más oscuros secretos. Uno no sabe a quién creer dentro de esta fascinante maraña de mentiras y simulaciones.


32) Killer Joe
Seguimos hablando de familias de clase baja americana, pues en su seno se desarrolla la historia de la última película de William Friedkin. A sus casi 80 años (sí, sí, 80), este clásico vivo del cine americano nos obsequia con una enérgica película dirigida con el entusiasmo de un principiante (pero con la experiencia de un viejo zorro). En muchos aspectos, similar a la arriba reseñada Killing Them Softly. Aquí también (casi) todos los protagonistas se mueven por dinero, pero a diferencia de la película de Dominik en la que cargaba las tintas contra un sistema político/ financiero/ ético podrido, aquí el auténtico enemigo es la sempiterna condición humana, que Friedkin contempla desde un prisma de pesimismo. Noir con elementos de western (o al revés), muestra la total falta de valores de ese grueso de la población norteamericana que vive en caravanas muy alejadas de los elegantes rascacielos que se ven desde la distancia. Película también de clima  sórdido y humor negro que la dotan de un tono muy particular, está llena de personajes excepcionales y algunas escenas inolvidables.


31) Martha Marcy May Marlene
La ópera prima de Sean Durkin sorprende por el aplomo que muestra el director en esta historia de sectas que transmite una continua sensación de desasosiego y tensión. Hay en cada uno de sus planos una amenaza imperceptible pero siempre latente que contagia al espectador la paranoia y el temor de la protagonista, llevada a la vida con credibilidad por una Elizabet Olsen (hermana de las famosas gemelas) a seguir. Como han apuntado muchos críticos, tiene el tenso pulso de los trabajos de Hitchcock y la fría reflexión del cine de Haneke. No obstante, Sean Durkin consigue una obra personal y con un universo propio en el que deambulan libremente la violencia, la necesidad de ser sometido, el constante peligro y la diferencia de clases. Parece que haya dedicado un enorme esfuerzo en pulir cada aspecto de la película con el fin de conseguir una atmósfera ambigua y perturbadora que va in crescendo hasta llegar a un tercer acto irrespirable y un final concebido para que la mente del espectador siga pensando en lo que ha visto una vez se apagan los créditos finales.


15 de marzo de 2013

Top 2012 (I)

50) Lincoln 
El regreso de Spielberg a su cara más academicista (La lista de Schindler, Munich...) ha sido aclamado y criticado a partes iguales. Personalmente, no me parece de los mejores trabajos de su autor, pero a estas alturas de su carrera ni falta que le hace. Se la podrá achacar su que su excesiva duración y su atrofiante cantidad de datos históricos y políticos puedan desafiar incluso al espectador más aguerrido; bien cierto es que en algunos tramos puede resultar plomiza y aburrida, pero es innegable la capacidad del director de E.T. para dotar de avasalladoras cargas de épica, lirismo y emoción a algo tan presuntamente insulso como una votación parlamentaria. Su excelente diseño de producción y su mimada fotografía la hacen una delicia para los ojos que, combinada con algunas de las mejores composiciones de John Williams (palabras mayores), se convierte en puro gozo sensorial cuya guinda es la (imposible de olvidar) actuación de Daniel Day-Lewis, y  digo actuación mientras trato de invocar algún término que se ajuste mejor a la hazaña realizada por esta máquina de interpretación que ya ha escrito su nombre entre los más grandes de todos los tiempos. Lo que transmite Lewis con un mero apretón de manos o simplemente poniéndose unas zapatillas de andar por casa es algo que está mucho más allá de lo que se pueda recoger en un libreto.


49) Project X
Esta macarrada que adapta las constantes de la comedia adolescente a los tiempos que corren bien podrá ser contemplada en un futuro como un documento histórico que supo capturar el zeitgeist de su época en lo que por momentos podría venderse como un documental. Bajo sus lúbricas capas de fiesta y diversión se oculta una agria revelación: el vacío de una generación enferma de anemia emocional y sus intentos de paliarlo a través del descontrol absoluto. No hay espacio para el romanticismo nostálgico de las películas de John Hughes, aquí solo caben la música de discoteca, las luces de colores y las drogas de diseño por mucho que la impuesta coda final intente negarlo.




48) Berberian Sound Studio
Oda al giallo enfocada a través de uno de los elementos más esenciales (y más olvidados) del cine en general y del género de terror en particular: los efectos de sonido. Película malsana, excepcional, siniestra y sin ganas de hacer amigos. Abordarla es abordar un viaje lisérgico para los sentidos, en especial el oído, que uno no es del todo capaz de desentrañar racionalmente, como la filmografía de Lynch. Este sentido homenaje al cine de subgénero italiano es una de esas obras que provocan en uno la necesidad de volverla a ver según aparecen los créditos finales. Mención especial para el trabajo de Toby Jones, que engrosa su lista de interpretaciones de hombres enfermizos y tortuosos.



47) Searching for Sugar Man
Ejemplar documental sobre la enigmática figura del (¿desconocido?) músico Sixto Rodríguez. Con su fascinante narrativa llena de sorpresas y giros dramáticos nos cuenta la increíble historia de esta ¿estrella? del rock. Testimonios, entrevistas, escenas animadas, conciertos... todo al servicio del director para intentar ofrecer las más completa visión del universo de Rodríguez: la lucha política, el artista maldito, la efímera fama, la paz interior del genio y ,por encima de todo, sus canciones. Todo un descubrimiento. Hablar de Searching for Sugar Man no es solo hablar de su música, es hablar de música en general: bajo la piel de Rodríguez se encuentra el verdadero espíritu de un rockero.



46) Skyfall
50 años han pasado desde que se estrenara la primera adaptación del personaje creado por Ian Fleming al cine, Dr. No. Tiempo de sobra para que los ultrasónicos Aston Martin, las explosivas parejas y los agitados pero no mezclados martinis se incrustasen en el imaginario popular. La saga ya había alcanzado un alto grado de maduración y ya era hora de deconstruir al protagonista y ahondar en sus orígenes, porque eso es el Bond de Sam Mendes: el Ciudadano Kane de 007 (salvando las distancias). El agente del MI6 se sienta en el diván de Freud y nosotros somos espectadores de lujo de sus secretos de infancia, sus ocultos temores y sus más profundos deseos.  Skyfall es un Bond atípico: probablemente sea la más estilizada y reflexiva de todas las películas de la saga. Mantiene el tono de acción Bourne à la mode que incorporó Casino Royale y perpetuó Quantum of Solace y añade profundidad psicológica (casi psicoanalítica) al personaje y un enorme mimo por la estética (impresionante  el juego de luces y sombras en la escena de los rascacielos de Shanghai).



45) Cesare deve morire
Enésima adaptación del Julio César shakesperiano que, como se empeñan en demostrar los políticos, siempre está en boga. La novedad reside en que asistimos a la representación  de la obra a manos de presidarios de una cárcel italiana de alta seguridad. Como si de un documental se tratase, vemos a estos peligrosos criminales interpretar a Marco Antonio, Bruto y compañía delante de las cámaras sin artificio alguno. El espectador observará atónito como no solo la obra no pierde interés sino que gana intensidad gracias a unos actores/ presos que parecen comprender a la perfección las esencias del texto de el Bardo de Avon y sufrir en sus propias carnes los dilemas morales de sus personajes, quizá porque así haya sido en un pasado no muy lejano. Ahí radica la genialidad del dramaturgo inglés: en compilar en sus tragedias todas las emociones humanas habidas y por haber, ya sean las de un príncipe danés que anhela vengar a su padre o un miembro de la camorra italiana con incontables crímenes a sus espaldas.



44) Dredd
Esta transcripción a la pantalla del personaje creado por John Wagner supone un refrescante soplo de aire fresco al panorama actual del cine de de superhéroes. A contracorriente de las últimas películas de género que se caracterizaban por hinchar el discurso (normalmente estólido) hasta llegar a la hipertrofia, Dredd supone una vuelta a los orígenes. Su renuncia a toda tipo de pretensión salvo a la de divertir al público la convierte en una rara avis dentro del contexto actual. La película de Peter Travis no consta de una trama llena de recovecos o problemas éticos, sino que utiliza una formulaica historia como plataforma sobre la que desarrollar espectaculares tiroteos, secuencias a cámara lenta y un festival de violencia prolongados durante sus escasos 90 minutos de metraje mediante un ritmo espídico en el que la acción no decae en ningún momento.



43) Más allá de las colinas
Tras 4 meses, 3 semanas y 2 días Cristian Mungiu continúa hurgando en los rincones oscuros de la sociedad rumana post-Ceaușescu. En este caso le toca al turno a una anticuada Iglesia Ortodoxa que se resiste al paso del tiempo, estancada en la más absoluta irracionalidad y abandonada por la sociedad, en tierra de nadie. Lejos de cargar los tintas contra la institución, Mungiu ofrece una mirada nada sesgada, casi compasiva pero profundamente desoladora sobre un pueblo que todavía se duele de sus antiguas heridas y es incapaz de abandonar sus traumas. Es admirable la delicadeza con la que el director rumano camina sobre el alambre sin llegar a caer nunca en el trazo grueso en una historia tan propensa a ello.


42) Dans la maison
En varias de sus anteriores películas  François Ozon ya había jugueteado con el relato y sus componentes, pero probablemente sea en ésta donde alcanza un dominio absoluto de la metaficción intercalando realidad y ficción. Emplea la figura del narrador embustero (o no) para generar un clima de una ambigüedad malsana punteado por otras constantes del autor  (una tensión sexual muy sutil pero perceptible, las diferencias de clase, reflexiones sobre el arte...) que no resultan disonantes en el conjunto. Si el espectador se deja engañar por el truco, será llevado en volandas por el mago francés inmerso en una historia que, son, en realidad, muchas, pues, en el fondo, de eso trata Dans la maison: del arte de contar/ inventar historias y del placer de escucharlas.



41) That's My Boy
En un momento de la película de los varios en los que el personaje interpretado por Adam Sandler hace muestra de su chabacanería, una mujer con la que está flirteando descaradamente y de forma bastante ramplona le espeta lo que bien podría resumir (más o menos) mis sentimientos a la película: "Es usted un imbécil, inmaduro, descerebrado, infantil, salido de una caverna, peludo, con un solo cromosoma, detestable, palurdo, ignorante gilipollas al que me gustaría follarme larga y locamente". En efecto, That´s My Boy puede ser la comedia más vulgar del 2012, pero, ¿a quién le importa eso cuando proporciona algunas de las mejores carcajadas del año cinematográfico? 



25 de febrero de 2013

Los otros Oscars y mis apuestas

Vale, muy bien, en la ceremonia que está a punto de dar comienzo se reconoce el mérito de varias de las personas que están detrás de una película. Gente que ha trabajado duro capturando imágenes esplendorosas, componiendo emocionantes partituras y diseñando espectaculares vestuarios. Pero, ¿qué pasa con el resto de miembros que están detrás de un proyecto? En el Subsuelo hemos decidido rendir homenaje a estos grandes olvidados y organizar nuestra particular gala. Sin más dilación pasamos a la entrega de premios, que  nos van a dar los Oscars...


- Mejor póster:

Chronicle: Ya desde el cartel muestra que no es una relato de superhéroes al uso.

Killing Them Softly: Un póster sencillo y directo que concentra a la perfección el estilo del film.

Beast of the Southern Wild: Imagen epítome de su espíritu fantástico y vitalista.

Expendables 2: Stallone dinamita hasta la publicidad.

El hobbit: La entrada de Hobbiton se basta  para evocar los buenos recuerdos de la trilogía anterior.

John Carter: Declaración de amor al género desde la promoción.

Django Unchained: Con un rojísimo fondo y una cadena rota, Quentin crea todo el hype del mundo.

The Master: Una mancha de Rorschach de los personajes en la que ya se intuye su caracter esquivo y desdoblado.

Paranorman: No oculta su filiación con la serie B ni su corte infantil.

Moonrise Kingdom: Un cuento de hadas desde la primera postal.

Wreck-It Ralph: La cara de su protagonista pixelada para empezar el juego con el lenguaje de 
los videojuegos que desarrollará en toda la película.

Ted: Te arranca las primeras carcajadas.


Vamos con los 3 mejores





- Mejores cameos:

Ted: Ryan Reynolds saliendo del armario y, claro, ¡FLASH!

The Amazing Spiderman: La habitual presencia de Stan Lee en las producciones de Marvel insertado con más humor que nunca.

The Dark Knight Rises: Batman. Ah, ¿que no era cameo?

The Muppets: Alan Arkin, Emily Blunt, James Carville, Feist, Zach Galifianakis, Donald Glover, Whoopi Goldberg, Selena Gomez, Dave Grohl, Neil Patrick Harris, Judd Hirsch, Ken Jeong, John Krasinski, Jim Parsons, Rico Rodriguez, Mickey Rooney, Kristen Schaal, Sarah Silverman, Eddie “Piolín” Sotelo... la lista es gigantesca, pero además falta la estrella: Jack Black.

21 Jump Street: aparición fugaz pero estelar de los actores protagonistas de la serie original: Johnny Depp y Peter DeLuise, cuya presencia fue exigida por el anterior en un gran gesto.

The dictator: Megan Fox satisfaciendo los deseos del Líder Supremo y un enorme Edward Norton realizándole una felación al trasunto chino de Kim Jong-il.

La palma se la lleva la película de Larry Cohen por conseguir que un actorazo como Norton aceptase tamaña broma. Ed deja en nada su trabajo en American History X.



- Mejores Banda Sonora Adaptada:













Django Unchained





Extraterrestre



- Mis apuestas:

Película: Argo

Actor: Daniel Day-Lewis

Actriz: Emmanuelle Riva

Actor secundario: Philip Seymour Hoffman

Actriz secundaria: Anne Hathaway

Director: Ang Lee

Guión original: Amour

Guión adaptado: Argo

Película de animación: Brave

Película de habla no inglesa: Amour

Fotografía: Life of Pi 

Montaje: Argo

Diseño de producción: Lincoln

Banda Sonora: Life of Pi 

Canción: Skyfall

Vestuario: Anna Karenina

Efectos especiales: Life of Pi

Maquillaje: Les miserables

Sonido: Les miserables

Montaje de sonido: Zero Dark Thirty

Documental: Searching for Sugar Man