31 de diciembre de 2012

Feliz 2013

Como me gusta ir a contracorriente, en vez de recopilar lo mejor que nos ha dado este año que está a punto de acabar, voy a escribir sobre los que más espero de éste que está a punto de comenzar. Porque me gusta ir a contracorriente y porque aún me faltan piezas fundamentales del 2012, he de confesar. Ya habrá reflexiones sobre este año que se extingue pero que yo no he terminado de digerir; todo a su tiempo.

En su debido momento llegará el recuerdo y la nostalgia; ahora mismo he preferido mirar hacia delante. Hacia delante y con optimismo, que este post se intitula "Feliz 2013" y no "¡Feliz 2013!". Es una realidad, no un anhelo.

Podremos (y vamos a) sufrir muchos contratiempos. Para mucha gente se avecinan tiempos aún más duros, pero siempre habrá una buena película o un buen episodio que enderece un día torcido, y con ésto y con algunos amigos y algunos amores, un poco de rock, unas salchipapas y unas birras, se puede ser maravillosamente feliz.

A continuación, sin un orden determinado, 13 cosas que contribuirán a ello en este 2013:


Open Windows: Tercer largo de Vigalondo, primero en rodarse en inglés y con reparto internacional. Estará narrado en tiempo real y a través de una pantalla de un ordenador portátil. También sale Sasha Grey (y Elijah Wood y Neil Maskell). ¿Quién da más?

Pacific Rim: Guillermo del Toro estrenará la fantasía de toda persona que hay tenido infancia.


Mad Men (6ª temporada): Penúltima temporada de la serie de Draper y cía. a la que esperamos con unas ganas incontenibles tras el maravilloso final de la anterior. Dinos, Don, ¿estás solo?

- Girls (2ª temporada): Tras dar la campanada este año con su estreno, Lena Dunham se enfrenta a la todavía más ardua tarea de mantener el nivel y cumplir con las altas expectativas que ella misma ha generado. Estoy convencido de que lo conseguirá.

- Die Hard V: 58 años tendrá su protagonista, Bruce Willis, durante su proyección en cines. Yo seguiré pagando por  verle en esta saga aunque la siguiente entrega la ruede con 70.

- Spring Breakers: Dicen que una imagen vale más que mil palabras:



- Boardwalk Empire (4ª temporada): Parece ser que todo lo que hemos visto hasta ahora eran los aperitivos. Me trago mis palabras por decir que la serie nunca volvería a alcanzar las cotas de épica del final de la segunda temporada. Nucky ha dejado de ser un gángster a medias, ¿te lo vas a perder?

- Mud: Aclamada en su paso por los festivales, parece que la nueva película de Jeff Nichols continua la progresión en la filmografía de un director que a este paso puede gabrar su nombre en la historia de este arte.

- To the Wonder: La última película de Terrence Malick. Punto.


- Anchorman 2: La secuela más esperada del 2013. Si no os retorcéis en el suelo de la risa, no me llamo Ron Burgundy.

- Dexter (8ª temporada): Por fin Showtime pone el cierre a su gallina de los huevos de oro. La séptima temporada hace pensar que la serie tendrá el final que se merece tras el descalabro de la quinta y la sexta.

- Los amantes pasajeros: Almodóvar regresa a sus orígenes en esta comedia que recuerda a sus primeras películas tras su paso por un cine más oscuro que nos ha dejado joyas como La piel que habito o Hable con ella.

- Breaking Bad (5ª temporada, Parte 2): Una de las mejores series de todos los tiempos y la mejor del momento llega a su fin en seis meses. Indudablemente un acontecimiento que has de marcar sí o sí en tu calendario.

Con esto despido el año bloguero. En 2013 más pero no mejor, porque es imposible.

21 de diciembre de 2012

Cine para el fin del mundo

Hoy, 21 de Diciembre del 2012, el mundo llega a su fin. Al menos según los mayas, aunque, en realidad, parece ser, que ni siquiera eso. Con la mirada puesta en éste día, mi amigo Eduardo, el hombre detrás de Billete de vuelta (blog que no me cansaré de recomendar), me propuso que elaborara un post sobre el cine del Apocalipsis para acompañar al que el tenía en mente sobre canciones: Canciones para el fin del mundoOportunidades como ésta no se presentan todos los días, así que me vi obligado a aceptar su oferta. 

Acepté sabedor de que en estos días previos se iban a publicar una cantidad ingente de listas de este tipo en los más variados medios y lugares de la Red. Mientras escribo estas palabras ya tenemos películas apocalípticas hasta en la sopa, así que, en lugar de seguir saturando a los lectores con las apuestas más obvias, trataré de enfocar el tema con una perspectiva más original o, más bien, menos manida. 

No hablaré de clásicos como The Day The Earth Stood Still, La noche de los muertos vivientes, Dr. Strangelove, El Planeta de los simios, 12 monos, Los Pájaros... Una lista que se podría engrosar con obras de ambientación y temática postapocalíptica como Blade Runner o Mad Max, dotadas incluso de mayor negrura que las que amenazan con la destrucción total.


Tampoco tratará este post sobre las películas más recientes de calado similar, pese a que hay muchas y muy reivindicables. Desde las todavía candentes obras magnas que son Extraterrestre, Take ShelterMelancolía hasta las controvertidas Children of Men y The Happening, pasando por ejemplos más ligeros pero igualmente estimables como Zombieland o Rise of the Planet of the Apes y sin olvidarnos del cine de animación, que nos ha regalado joyas del tamaño de Wall-E, amén del las que están por venir (todavía no se ha estrenado en España 4:44. Last Day On Earth de Abel Ferrara).

Parto de unas palabras que escribió hace dos años hombre venerado en este blog, Nacho Vigalondo:
"Entre las profecías y los blockbusters todos estamos convencidos de que el Apocalipis que acontecerá dentro de dos años va a ser un hecho específico, contundente y monumental, visible desde lejos. Esta perspectiva tiene éxito porque plantea un mecanismo de compensación frente al triste hecho de dejar de existir como individuos y como especie: Al menos, en el último instante, podremos presenciar un espectáculo a lo grande.
Sin embargo, la ciencia ficción más amarga nos ha dibujado destrucciones últimas mucho menos condescendientes." 
Al decir del Señor Ausente y aplicado al séptimo arte: "En el rato que llevamos de Apocalipsis y Fin del Mundo, que es bastante, lo más jodido de todo es que no está siendo como queríamos. Deseábamos que el fin del mundo fuera puro espectáculo, un blockbuster lleno de efectos especiales y épica de la supervivencia. Lo jodido es que en realidad se trata de una película de Ken Loach."

En efecto, si el Apocalipsis ocurriese hoy, sería más semejante a Lloviendo piedras que a Armageddon o Waterworld: la amenaza no es un meteorito gigante, sino tener que hurgar en un contenedor en busca los restos de un bocata de chopped o no poder costearse un tratamiento para una enfermedad letal. Tampoco vamos a ser invadidos por un ejército de alienígenas comandados por Loki ni tendremos un Hulk para defendernos: somos atacados por terroristas islamitas en la sombra y defendidos por agentes de la CIA como el Saul de Homeland, como ya apuntó  Noel Ceballos : "ese eterno centinela de un sistema en el que ya no cree, que se sabe única esperanza para evitar el colapso de Occidente mientras cena algún plato precocinado. En su despacho. O en su casa. Sobre la alfombra. Solo. Completamente solo."

Las películas que mejor reflejan este Apocalipsis/crisis económico, político y sobre todo moral son el día a día de algunas personas. Hace poco Dontayne Draper dijo sobre The Wire en una entrevista de  JotDown: "Es una serie. Claro que exageran una pizca. Esa es la cuestión: “solo una pizca”. En verano siempre jugábamos en la calle al fútbol americano. Cada noche había disparos. Y repito: c-a-d-a n-o-c-h-e. Entrábamos corriendo en casa. Esperábamos a que acabara el tiroteo. Salíamos y volvíamos a pasarnos la pelota. Hoy entiendo que es una locura tener que escapar con siete años de un drive-by [tiroteo en movimiento desde un coche], pero así es West Baltimore. Entonces tampoco nos preocupaba mucho. Era lo normal."

La verdadera batalla por el fin del mundo la libran los protagonistas de las películas de Aki Kaurismaki o de los hermanos Dardenne. Héroes silenciosos, siempre al borde del precipicio y sin apenas esperanzas ni motivos para continuar, su constante lucha es la verdadera épica. 




30 de septiembre de 2012

La posibilidad de una isla

A excepción de su prólogo y de su minúscula coda, Your Sister´s Sister se desarrolla íntegramente en una isla. Dos de los protagonistas, emocionalmente a la deriva, deciden pasar un par de días en una pequeña cabaña con el objeto de reflexionar en soledad y reconciliarse con ellos mismos. Él trata de superar la muerte de su hermano; ella acaba de salir de una relación de siete años. El problema es que ninguno de ellos planeaba encontrarse con el otro. Esta fortuita reunión tendrá impensables consecuencias que se acentuarán con la llegada de un tercero en discordia: la hermana de ella y mejor amiga de él (enredo que da a lugar al título de la película, aquí traducida como El amigo de mi hermana: demos gracias una vez más a las distribuidoras españolas).


Una vez situadas todas las figuras, Lynn Shelton comienza a moverlas sobre el tablero mostrándonos sus complejas relaciones. El reducido número de personajes y la soledad que transmite la cuasidesierta isla hacen que el espectador se sumerja en ese clima de intimidad, sensación  que se ve potenciada por la veracidad de las situaciones y las espléndidas actuaciones. Casi parece que observemos agazapados a los tres protagonistas espiando sus vidas, sus hábitos, sus sentimientos... 

Emily Blunt y Rosemarie DeWitt: Mark Duplass sí que sabe

Se trata de una cinta que recoge lo mejor del cine independiente americano pero se aleja de sus peores tics a la vez que demuestra esa sensibilidad característica del cine francés en general y de Rohmer en particular. Es espontánea, pero nunca llega a divagar; es de ritmo sosegado, pero nada aburrida; es tierna, pero no cae en la sensiblería. Your Sister´s Sister conquista ese complicado tono de cierto cine americano reciente (Los descendientes, Cyrus...que se mueve con pasmosa naturalidad entre el drama y la comedia: como la vida misma.  Pero, sobre todo, es una película llena de optimismo y de esperanza. Al final, parece que, al igual que los protagonistas, uno ha tenido unas breves vacaciones en esa isla, un pequeño paréntesis para revitalizar el espíritu.

22 de septiembre de 2012

A Roma y al fin del mundo

Entre los compromisos propios de la vuelta de las vacaciones de verano parece que últimamente se halla la (ineludible) cita con la nueva película de Woody Allen para compensar el parón intelectual que supone esta periodo. En 2007 llegó Cassandra´s Dream y luego vendrían Vicky Cristina Barcelona (2008),  Whatever Works (2009) y You Will Meet a Tall Dark Stranger (2010). Dado que el año pasado dicho encuentro no se había producido (Midnight In Paris se estrenó en primavera), uno acudía aún con más hambre si cabe al estreno de su último  trabajo.  Daba igual que gran parte de la crítica la hubiese vapuleado, que afirmaran que era una traspié en su filmografía, que denostaran sus proyectos europeos... Al fin y al cabo se trataba de Woody. Y si todavía quedaba alguna duda, Jordi Costa ya se ocupaba de disiparlas: Nada podía salir mal.

Woody cazado con las manos en la masa

Ya en la sala, mi fe tuvo su recompensa. Ni siquiera la pésima proyección a la que empiezan a acostumbrarse los cines de Madrid pudo aguarme la fiesta. ¿Es To Rome With Love una pieza menor en la obra de Allen? Probablemente. ¿Es To Rome With Love una de las mejores películas del año? Probablemente.

Estructurada en episodios intercalados siguiendo el modelo de las comedias italianas de los sesenta, la película contiene cuatro tramas diferentes rociadas de surrealismo alleniano cuya más directa influencia se encuentra en los libros de cuentos escritos por el director (Pura anarquía y Cuentos sin plumas). Cuatro brillantes ideas que se van desarrollando magistralmente captando todas la atención del espectador gracias a un montaje que las va hilvanando de tal forma que nunca decae el ritmo. En todas ellas, el espíritu del genio nuevayorquino está presente para diseccionar el alma humana y la sociedad con más acidez de lo que pudiera parecer a simple vista. Aquí los dardos van dirigidos principalmente a la mendacidad reinante de nuestros días: el postureo intelectual del personaje de Ellen Page, la falsa exaltación de la vida alejada de la fama de la historia de Benigni, el presunto desprecio al reconocimiento de la familia del nuevo Caruso, la supuesta felicidad conyugal de la joven pareja italiana...

Alec Baldwin es un voyeur

Al final uno no sabe que pensar dentro de todo ese berenjenal de contradicciones. Es como el monólogo de Diane Keaton en Love and Death: "Amar es sufrir. Para no sufrir uno no debe amar, pero entonces se sufre por no amar. Así, amar es sufrir, no amar es sufrir, sufrir es sufrir. Ser feliz es amar. Ser feliz, entonces, es sufrir, pero el sufrimiento te hace infeliz. Entonces para ser feliz uno no debe amar, o amar para sufrir, o sufrir de tanta felicidad". Como en todo el cine de Allen, To Rome With Love formula muchas preguntas y otorga muy pocas respuestas. Lo que sí da son toneladas de risas y grandes momentos para amenizar el viaje. Con Woody, a Roma y al fin del mundo.
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"Al regresar de las vacaciones de verano siempre me encuentro la mesa del periódico atiborrada de invitaciones a exposiciones, presentaciones de libros y conciertos en Pontevedra, Ourense, Torrevieja, Málaga y una vez Roma. Para resistir, miro películas de Woody Allen. En una sola hay más programación cultural que en un año en Pontevedra, así que convalida."    Manuel Jabois

Gran ovación para el maestro Allen


6 de julio de 2012

Volver al instituto

Casualidades de la vida y sin premeditación alguna, esta semana he disfrutado de un idóneo programa doble: "21 Jump Street" y "Promoción fantasma". A priori de temáticas distintas (policíaco y fantástico, respectivamente), hallan su punto de tangencia en la comedia de instituto. Es ahí donde se sienten más cómodas y alcanzan sus mejores momentos. 

Partiendo de sus diferentes premisas, llegan a un género común al que trastocan jugueteando con sus códigos y arquetipos, deformándolos hasta desgarrarlos e introduciendo nuevos elementos de la misma forma que un niño mezcla todos sus muñecos en un mismo teatrillo (vaqueros y héroes intergalácticos, vaya) desafiando toda lógica para conseguir resultados inéditos.

Best prom ever

Si bien "Promoción fantasma" sorprende al atreverse con la mezcolanza de institutos y fantasmas, "21 Jump Street" no se queda atrás al introducir persecuciones y tiroteos en el baile de la prom. Pero, por encima de estos cruces de géneros, donde más brillan estas películas en la comedia teen generacional. Los protagonistas de ambas se ven inmersos en el instituto años después de la etapa que les correspondía. Esta situación provoca toda clase de desternillantes (y muy reveladores) momentos: Channing Tatum marginado en un ambiente en el que solía ser el triunfador y descolocado tras comprobar que ahora la homosexualidad y ecologismo es lo cool o Raúl Arévalo intentando explicar a unos adolescentes de los 80 qué es el reggaeton mientras éstos piden enfurecidos canciones de su ídolo Michael Jackson son geniales muestras de ello.

 El coro del instituto a punto de presenciar a pie de campo el mejor momento de
"Promoción fantasma", protagonizado por Carlos Areces





En definitiva, se trata de un tándem perfecto para regresar al instituto, revivir viejos recuerdos y contemplar aquella época con ese sabio cinismo que solo la experiencia otorga descubriendo que los problemas de ayer son hoy causa de risas, los encumbrados antaño son despreciados ahora y los antiguos despojos sociales son los hombres de moda, porque son solo eso, modas.

Solo así, uno podrá deshacerse de los traumas adolescentes y superar sus asignaturas pendientes, porque de eso tratan ambas películas: de madurar,  asumir nuestro pasado y sacudirse los viejos fantasmas.

30 de junio de 2012

Caminando en círculos camino a la gloria


Ayer se cumplieron cuatro años desde que Casillas levantara la Eurocopa en el Estadio Ernst Happel de Viena. Mañana puede volver a hacerlo en el Estadio Olímpico de Kiev.

La Selección Española tiene la histórica oportunidad de ganar tres grandes torneos internacionales de forma consecutiva (Eurocopa 2008, Mundial 2010 y Eurocopa 2012), una gesta que solo ha estado al alcance de Francia y Alemania, pero que ninguna de ellas logró culminar. Estamos hablando del  perfecto broche de oro a un ciclo extraordinario y a una generación de jugadores irrepetible (Xavi, Iker, Iniesta, Navas, Puyol, Ramos, Busquets, Xabi, Villa, Silva, Cesc, Cazorla, Piqué, Pedrito...). Qué mejor forma de cerrar el círculo que alzarse de nuevo con la victoria ante Italia, rival con el que, recordemos, empezó todo.

Curiosamente, estos equipos debutaron en la Eurocopa de Ucrania y Polonia enfrentándose entre sí. Cierran el torneo con el mismo partido con el que lo comenzaron: otro círculo perfecto. Y es que el fútbol está plagado de estas casualidades y reencuentros, y es esto lo que le da tanto encanto. 

Bien lo sabe Sergio Ramos, quien, dos meses y dos días después de tirar por los aires el pase a la Final de Champions convirtiéndose en el villano de ese sector del madridismo que tan rápidamente olvida, se ha transformado en héroe nacional espantando sus fantasmas con un golazo de penalti a lo Panenka. El central de Camas, un tipo que de confirmarse analfabeto no sorprendería a nadie, nos ha dado a todos una lección de coraje y superación personal con ese lanzamiento, que, además, para rizar el rizo de las coincidencias,  emula (y supera) al de Pirlo. Tres días antes, el contrincante azzurra (escándalo de jugador, huelga decirlo) había marcado de la misma forma en la tanda de penaltis ante Inglaterra despertando numerosos elogios.

Once metros de avería y redención que permanecerán eternamente en la memoria de cualquier aficionado español junto al resto de gloriosos momentos que nos ha brindado esta eterna selección. Mañana, España peleará para engrosar la ya abultada lista, caminando en círculos camino a la gloria.


22 de junio de 2012

Guía cinéfila para el verano del 2012

Llega el verano y con él los blockbusters veraniegos. Para no perderse en la abultada cartelera de los próximos meses, este blog se dispone a trazar una pequeña hoja de ruta de los más sonados estrenos.

Juventud sin valores
Comenzaremos con dos películas que ya puedes ver en los cines y que constituyen una perfecta ceremonia de apertura. Project X narra con un estilo que roza el documental cómo el decimoséptimo cumpleaños de un loser se torna en la rave más salvaje de la historia. Hay que reconocer que jamás una película había captado de forma tan precisa la sensación de estar en una fiesta (ebriedad y vergüenza ajena incluidas); el espectador se siente completamente sumergido, es un invitado más. Como vienen acostumbrando este tipo de productos, el final guarda cierta moraleja, pero, personalmente, no me resultó muy estomagante, y no desentona con lo anteriormente visto ni lo condena. He de confesar que aún no se si me ha parecido un clásico instantáneo o el engañabobos más hortera que se haya rodado; parece que la ingente cantidad de chicas en topless a lo largo del metraje inclina la balanza hacia lo primero (entre otras cosas). En cualquier caso, no hay mejor antesala para las fiestas del verano, aunque, las comparaciones con ésta pueden provocar un bajón.  

La última cinta de Wes Anderson, Moonrise Kingdom, resulta en muchos aspectos el reverso de la anterior. Frente a los irresponsables y desnortados jóvenes de Project X, aquí los protagonistas son una pareja de preadolescentes enamorados mucho más maduros y coherentes en sus decisiones que el resto de personajes adultos, que son representados como figuras hipócritas e insatisfechas. Anderson vuelve a conectar con Salinger y con cierto Truffaut sin renunciar a su estilo personal. La personal puesta en escena, el excéntrico vestuario, el peculiar sentido del humor y el buen gusto para la banda sonora  lo confirman. También hay algo veraniego en ese primer amor, en esa inocencia que ignora que llega el invierno a nuestras vidas... quizá la clave sea mantener ese espíritu infantil, esa ilusión, esa inocencia en la mirada... al menos, así lo hacen  todos los héroes andersonianos.

En cuanto a lo viene, hay para elegir: superhéroes, regresos de sagas de acción, remakes, precuelas, comedias provocativas, pixar... Aunque pocas de las propuestas causan gran entusiasmo.

The Amazing Spiderman, el reboot de la saga ahora sin Sam Raimi, no parece presentar grandes alicientes más allá de la presencia en el reparto de Emma Stone. Junto a The Dark Knight Rises es el gran estandarte del cine de superhéroes de este verano. La tercera y última  parte del Batman de Nolan parece todavía más grande y más presuntuosa que sus predecesoras, es decir, más Nolan. Aún así, no dudo que será un éxito absoluto de crítica y público.


Batman buscando en el suelo las llaves del batmóvil que se le  han  caído 


Colin Farrell tendrá la complicada misión de hacernos olvidar a Arnold Schwarzenegger y Jeremy Renner a Matt Damon en Total Recall y The Bourne Legacy respectivamente. Ambos lo tienen crudo: el remake de Total Recall no parece tener las cosas muy claras y la saga Bourne ya disponía de un gran cierre. Para completar esta falta de originalidad, Ridley Scott se apunta al carro con Prometheus, una suerte de precuela de Alien. Mis escasas esperanzas en este proyecto radican en que Damon Lindelof, una de las mentes pensantes de Lost, firma el guión. Veremos si ha conseguido dar un vuelco a la decadente trayectoria del director de Blade Runner.

Tampoco la premisa de Brave, la última de Pixar, parece muy novedosa: una princesa que anhela ser una guerrera en contra de lo que la tradición le impone. En cualquier caso, hay que confiar en un estudio que nos ha regalado varias de las mejores películas de los últimos años.

En la comedia el panorama pinta mejor. La factoría Apatow lanza su enésimo producto:  The Five-Year Engagement, dirigida por Nicholas Stoller, cuyas dos anteriores películas, Forgetting Sarah Marshall y  Get Him to the Greek, son garantía suficiente de que habrá montones de risas. Pero si tuviera que apostar con que estreno vamos a soltar auténticas carcajadas, mi dinero estaría en The Dictator. El regreso de Sacha Baron Cohen tras Borat y Bruno parece dispuesto romper cualquier barrera con el fin de averiguar los límites de lo políticamente incorrecto. Junto a Brave, la película a la que más ganas tengo del verano 2012.



4 de mayo de 2012

Season Finale 2012

Entramos en esa época del año en la que llega el verano, terminan los cursos académicos y las temporadas de las grandes series del año tocan a su fin. Hay honrosas excepciones, como Breaking Bad, que por la falta de acuerdo entre productora y creador se emitió el verano pasado, o como Sherlock, que prefirió estrenar sus tres nuevos episodios con la llegada del 2012, pero la mayoría de la artillería pesada acaba su recorrido en estos meses. Las más largas vienen compitiendo desde Septiembre (The Good Wife, Fringe...), otras, de tirada más corta, han optado por empezar la carrera en marzo (Mad Men, Game of Thrones...), pero, sea cual sea el cajón de salida, todas se dirigen hacia su season finale con un único objetivo: entrar en el podio de las mejores series del año. Aquí están las candidatas (hay grandes ausencias ya que, lamentablemente, un servidor no puedo seguir todo al día, pero confío en que estén casi todas las mejores...):

The Good Wife (tercera temporada): Ya se ha consolidado como una de las grandes. Ha amplificado todas las virtudes de sus dos primeras temporadas y ha limado sus defectos. Cierto es que ha llegado a perderse con tantas subtramas y tantos personajes (Kalinda ha tenido que ser rescatada en el season finale y Eli Gold ha pasado a un segundo plano cuando parecía que sus apariciones ganaban terreno), pero a cambio ha desarrollado todo un mapa político-jurídico de Chicago mostrando sus zonas oscuras, sus puntos débiles... El capítulo en el que Lockhart and Gardner defiende a uno de sus jueces es una brillante prueba de lo retorcido del sistema y de la cotas de complejidad alcanzadas por la serie. 
Fecha de llegada: ya ha alcanzado la meta.


Fringe (cuarta temporada): Probablemente su peor temporada. Por momentos ha parecido que los guionistas habían perdido el rumbo de la serie. Aún no se sabe muy bien por donde tirará, aunque el sorprendente episodio 19 después de semanas de indiferencia alimenta la esperanza de los que aún creemos  que esta serie puede remontar. Al fin y al cabo, siempre se ha caracterizado por gozosos sprints de final de temporada tras episodios mediocres de relleno en la mitad. Su misión es allanar el terreno para la quinta y última temporada.
Fecha de llegada: 11 de Mayo.


How I Met Your Mother (séptima temporada): Sólo queda el episodio final (¡doble!), en el que por fin la serie hará honor a su nombre y se desvelará la identidad de la futura Señora Mosby. Que después de siete temporadas Robin aún tenga papeletas de ser la madre demuestra como la serie se ha alargado sobre sí misma hasta la repetición; que pese a ello la sigamos viendo demuestra lo ingeniosa y adictiva que puede llegar a ser. 
Fecha de llegada: 14 de Mayo.

 
Community (tercera temporada): Imposible elegir entre los últimos capítulos. Todos han sido joyas para ver y analizar hasta la extenuación. Despedirá la temporada con un triple episodio que casi seguro engrosará la lista de momentos estelares de la televisión.
Fecha de llegada: 17 de Mayo.


The Killing (segunda temporada): Ha ganado enteros con respecto a su primera temporada y ha sabido resolver con elegancia el cliffhanger que la cerró. Su sombría atmósfera y la cantidad de subtramas han conseguido que cualquiera pueda resultar sospechoso, manteniendo así a sus espectadores pegados a la pantalla. En breves por fin se descubrirá al asesino de Rosie Larsen. Hasta entonces, hagan sus apuestas.
Fecha de llegada: 17 de Junio.


Game of Thrones (segunda temporada): Con el público en el bolsillo tras su espectacular primera temporada, juega con más tranquilidad. Ha introducido nuevos personajes pero sin descuidar a los antiguos y sigue creciendo con ambición. Pocas pegas o ninguna. Todas las tramas se siguen con interés y los capítulos pasan en nada dejándote con ganas de más. Hay que aplaudir la capacidad de los guionistas para hilvanar y resumir toda la tela de los libros. Ya se debe dar por sentado que aspira a lo más alto del podio.
Fecha de llegada: 3 de Junio.


Mad Men (quinta temporada): Tras una larga espera han vuelto Don y compañía en la ya considerada entre las mejores series de la historia. Si sigue así puede acabar en una temporada perfecta. No ha tenido bajadas de calidad ni ha dado muestras de cansancio. A Sterling Cooper Draper Pryce le queda mucho por ofrecer. Se divisa ya una ganadora...
Fecha de llegada: 10 de Junio.


26 de marzo de 2012

Semana extraterrestre (0): Extraterrestre: Encuentros (y desencuentros) en la tercera fase

Antes de nada, un ruego a los lectores: id al cine a ver Extraterrestre. Id con amigos, en pareja, con la familia... id y disfrutad del cine; la película se lo merece. No dejéis que pase desapercibida y tenga que ser rescatada dentro de unos años como la genial película que es. A partir de ahora comienza la crítica llena de SPOILERS de Extraterrestre y Los cronocrímenes:

Hay una  pequeña pista en Extraterrestre que desvela al espectador avispado las raíces de la película: sobre una de las placas con las que Julio construye su "vehículo marciano" se pueden ver grabadas las palabras "Cafetería Domingo" en referencia a su corto Domingo. En él, podemos encontrar el germen del segundo largo de Vigalondo: cómo los más banales problemas personales pueden eclipsar los acontecimientos más extraordinarios.

En Extraterrestre, una invasión del espacio exterior amenaza la Tierra (ovni sobrevolando Madrid incluido), pero los protagonistas actúan como si nada de esto estuviera sucediendo. Los tres personajes masculinos orbitan en torno al personaje interpretado por Michelle Jenner y en ningún momento se plantean salvar el mundo: todos sus actos van dirigidos a guardar las apariencias y mientras intentar conquistar a la chica. Estas actitudes a priori pueden parecer inverosímiles, pero luego uno reflexiona y se identifica con esas personas, con sus absurdas acciones, con esa búsqueda del amor al borde del abismo, porque, no nos engañemos, Extraterrestre es una película descarnadamente romántica.

Es también una gran comedia con ovnis de fondo. Vigalondo llena la trama de momentos absolutamente desternillantes, pero la película entera está atravesada por el espíritu del humor incluso cuando no es intencionado: planos y diálogos revelan una vis cómica insospechada. A ello contribuyen todos los actores de la película, desde el protagonista, Julián Villagrán, hasta el inclasificable Miguel Noguera en un pequeño (gran) papel. No me puedo quedar con ninguno de los cinco, están todos magníficos.

La película transcurre entre auténticas carcajadas hasta el momento en que el protagonista, Julio, descubre a través de una ventana indiscreta (Hitchcock siempre presente) que Michelle sigue enamorada de Raúl Cimas. Será finalmente el personaje interpretado por Areces en su único momento de dignidad quien haga que Julio se de cuenta de que el que sobra ,"el extraterrestre", en ese triángulo amoroso es él. A partir de ese momento, experimenta una redención similar a la de Humphrey Bogart en Casablanca, pero marcada por ese tono tróspido que imprime Vigalondo: ausente el glamour de la película de Curtiz, el protagonista cierra la historia apurando unas birras mientras le cuenta todo lo que ha sucedido a ese patético pero entrañable Miguel Noguera observando ambos ese mcguffin de siete kilómetros de longitud. La imagen es muy similar a la que cierra Los cronocrímenes y descubre el leitmotiv de la obra de Vigalondo: el abandono de los deseos más profundos para poder sobrevivir en este mundo (el mismo, por cierto, que el de la fantástica Drive: no me extraña que Vigalondo la adore).





Bien cierto es que la realidad devora nuestros sueños, pero no estamos desarmados: podemos reírnos de ella a modo de contraataque, y vaya si Extraterrestre lo consigue. Personalmente pasé la película entera entre risas (las mías y las del resto de las sala) pero cuando llega a su fin al ritmo de la desoladora All my little words noté como entre todas esas carcajadas se me encogía el corazón. La canción, al igual que la película, versa sobre un amor apasionado pero imposible y desvela que Vigalondo, por encima de un genial director, es un poeta y, Extraterrestre, una oda a la épica de la renuncia amorosa.

Antes de esa renuncia, eso sí, el protagonista tiene su momento de gloria en forma de declaración: ya sean las palabras del sabedor de su destino Karra Elejalde a Bárbara Goenaga en Los cronocrímenes ("eres preciosa"), la canción del protagonista de 7: 35 de la mañana o el vídeo de Julio en Extraterrestre (también brutal declaración de amor al cine: solo es capaz de expresar sus sentimientos mediante una cámara).

Sería bonito que Julio y Julia acabaran juntos. No, estaría bien, pero como las mejores cosas de la vida, esta canción empieza, y esta canción termina.




P.D: La última frase de la película es "me sale de pena", un guiño que sirve como contrapunto al final de Malditos bastardos, en el que Brad Pitt afirma que esa puede ser su obra maestra. Siento corregirte, Nacho, pero a ti también te ha salido una obra maestra.



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You are a splendid butterfly
It is your wings that make you beautiful
And I could make you fly away
But I could never make you stay
You said you were in love with me
Both of us know that that's impossible
And I could make you rue the day
But I could never make you stay

Not for all the tea in China
Not if I could sing like a bird
Not for all North Carolina
Not for all my little words
Not if I could write for you
The sweetest song you ever heard
It doesn't matter what I'll do
Not for all my little words

Now that you've made me want to die
You tell me that you're unboyfriendable
And I could make you pay and pay
But I could never make you stay

23 de marzo de 2012

Semana extraterrestre (III): Lo cósmico y lo mediocre

En La guerra de los mundos de  H. G. Wells, uno de los pilares de la ciencia-ficción, el narrador atraviesa toda clase de calamidades para reencontrarse con su mujer: en medio de una invasión extraterrestre su única preocupación es volver a ver a su esposa.

La novela sirve como perfecto ejemplo para ilustrar uno de los principales temas del género: el contraste entre lo macro y lo micro, entre lo cósmico y lo mediocre. Pero no hace falta irse tan lejos, este mismo año el chaval protagonista de Super 8 se mete en la mismísima guarida del monstruo para rescatar a la chica que le gusta mientras la ciudad entera está siendo evacuada y la banda de Attack The Block lucha contra un ejercito de aliens para salvar al barrio mientras el resto del mundo ni se ha percatado. Un poco antes, en la atípica e injustamente desapercibida The Birthday de Eugenio Mirá, el protagonista interpretado por Corey Feldman intenta recuperar a su ex-novia en medio del advenimiento del Armagedón. También encontramos una contraposición similar en la ya mencionada en el anterior post Cloverfield.

Vigalondo, profundo admirador (y conocedor) de las fuentes de la ciencia-ficción ha sabido plasmar esta dicotomía en su obra (a partir de ahora SPOILERS de Los cronocrímenes y Domingo):

En su primer largometraje, el protagonista al que da vida Karra Elejalde descubre una máquina del tiempo al colarse en un centro de investigación científica privado para huir de un psicópata que le ataca. Al viajar al pasado se verá envuelto en nuevos problemas generados por las paradojas temporales y se pasará el resto de la película corriendo en busca de una solución para poder volver al punto de partida. En ningún momento se plantea el origen de la máquina o la radical revolución (cósmica) que supondría tamaño invento: solo quiere volver a casa, con su mujer, a su aburrida (y mediocre) vida. Esta actitud resulta palmaria gracias a los rostros que Karra esboza en su magnífica interpretación. El espectador se puede ver reflejado en él: es esa cara que uno tiene a las 6 de la mañana cuando uno solo tiene ganas de irse a la puta cama tras una noche de farra con toda clase de (indecentes) incidentes. De la misma forma que el fiestero únicamente desea volver al punto de salida (su casa) después de haber ansiado salir de él (en incluso pagado dinero par ello), Karra solo quiere volver a la primera línea cronológica después de ser él mismo quien ha provocado todo el desbarajuste temporal incitado por las pasiones del bajo vientre como se verá con posterioridad. Los cronocrímenes es la historia de una persona que construye su fantasía sexual para escapar a la rutina y la destruye para volver a la normalidad, como ya indicara en su genial crítica Jordi Costa. De ahí que al final de la película el protagonista no quiere dar ninguna explicación a su mujer, simplemente se recuesta en su hamaca y observa con mirada cínica como su otra versión, Héctor 2, se dirige en coche para realizar su mezquino plan que él ya sabe que funcionará. Puede resultar lioso: lo es. Algún día debería ponerme a escribir (y pensar) sobre Los conocrimenes como se merece, pero ahora hay que hablar de otra obra de Vigalondo.


 

En Domingo, corto que, como muchos del autor, bajo su simple apariencia oculta mucho contenido, podemos ver una estúpida discusión de pareja por menudencias comparadas con la aparición del ovni ante los protagonistas. Dicha pelea es la causa de que la cámara deje de enfocar al ufo, al que el hombre estaba grabando, y, por tanto, también la causa de que el espectador solo pueda ver a esta la reacción de los personajes en lugar de la nave alienígena cuando ésta entra en acción. Lo mediocre interfiere en los cósmico y lo eclipsa, de tal forma que el espectador solo lo puede intuir: el foco está en lo micro, en el altercado de la pareja.


De la misma forma, hay un momento similar en el final del teaser de Extraterrestre que es toda una declaración de intenciones. En él, el protagonista, interpretado por Julián Villagrán, redirige el objetivo de su videocámara del ovni que amenaza Madrid a la habitación de Michelle Jenner enfocando a su hermoso rostro: es una película sobre una invasión alienígena, pero el meollo no está ahí, sino en la relación de sus personajes. Es lo que Costa (siempre se vuelve a los mejores) ha denominado como el peculiar empleo de lo fantástico para desvelar lo humano de Bioy Casares.

22 de marzo de 2012

Semana extraterrestre (II): Ciencia-ficción low-cost

Afirma Vigalondo que nadie podrá quejarse del escaso presupuesto de Extraterrestre en cuanto a los pobres efectos especiales de la película, pues directamente no los hay. La mejor forma de rodar sin que esta precariedad de medios quede patente es evitar aquellas situaciones en las que precisamente se necesitan estos medios.


A través de una minuciosa planificación del guión se omiten toda clase de escenas que sobrepasen el presupuesto. De esta forma, la película no se resiente ni resulta barata o cutre. Se puede rodar una buena película de ciencia-ficción con un presupuesto mínimo pese a tratarse del género con algunos de los rodajes más costosos de la historia.; lo importante  es tener algo que contar, una buena historia.


Existen numerosas formas de circunvalar aquellas escenas que necesitarían una mayor inversión económica mayor: la elipsis, el fuera de campo... Como dice Vigalondo en Una lección de cine, "en el cine, muchas veces es más importante la expectación que creas entorno al contenido que el contenido en sí". No hacen falta unos portentosos efectos especiales. Por ejemplo, en una película de ovnis, puede resultar más efectivo y sugerente mostrar las caras impactadas de los terrícolas antes que un plano millonario de un ovni.




Shyamalan ya nos enseñó en Señales que unos crujidos en la tarima y una bombilla intermitente pueden perturbar más al espectador que un ejército de marcianos diseñados a la perfección . En un ejemplo más reciente, Abrams solo mostraba a su monstruo hacia el final de Super 8 después de haberlo sugerido en varias escenas, como la magistral secuencia de la gasolinera. En la película se notaba mucho la influencia de Spielberg (más como objeto de admiración que como productor ejecutivo) figura esencial en el cine de aliens. De su versión de La guerra de los mundos bebe mucho extraterrestre: no en su espectacularidad pero sí en su mirada a la modernidad integrada en esta invasión de otro planeta. Pero la película que explotó todas esas posibilidades es Cloverfield (volvemos a Abrams esta vez como productor ejecutivo él) casi un falso documental del apocalipsis rodado por una cámara cuya presunta función era grabar una pedida de mano. Tirando del hilo también podemos reconocer la deuda con la genial REC: no hay más que ver el primer teaser postal de Extraterrestre.


Volviendo al tema principal del post, las películas "low cost", hay que decir que, en ocasiones, la falta de medios agudiza el ingenio y ha contribuido ingentemente al desarrollo del lenguaje cinematográfico. Los ejemplos son infinitos: el fuera de campo se inventó básicamente para esquivar al Código Hays, los cientos de planos y la velocidad de los cortes en la escena de la ducha de Psicosis fueron idea de Hitchcock para no mostar el asesinato en sí (en ningún momento vemos como se clava el cuchillo), el mítico congelado y zoom con el que acaba Los 400 golpes se debió a que Jean-Pierre Léaud no mantuvo la mirada hacia la cámara, el miedo que generaba Tiburón era provocado por la ausencia del monstruo en la pantalla debida a la imposibilidad de simularlo con los efectos especiales de la época...

Así se ha de agradecer esta "bendita" precariedad de Vigalondo y esperar que siga causando obras maestras (no hay que olvidar que Código 7 costó dos duros y Los cronocrímenes tuvo un exiguo presupuesto). En el caso de Extraterrestre, su minúscula inversión hace que se desarrolle casi íntegramente en el mismo apartamento y sin apenas efectos especiales. Veremos como resuelve el desafío: no me cabe ninguna duda de que caerá de pie tras este salto mortal.

Para finalizar, os dejo las sabias palabras (e imágenes) de Vigalondo en su corto Ciencia-ficción barata para promocionar el Concurso de Cortometrajes Agua y Desarrollo Sostenible: