30 de septiembre de 2012

La posibilidad de una isla

A excepción de su prólogo y de su minúscula coda, Your Sister´s Sister se desarrolla íntegramente en una isla. Dos de los protagonistas, emocionalmente a la deriva, deciden pasar un par de días en una pequeña cabaña con el objeto de reflexionar en soledad y reconciliarse con ellos mismos. Él trata de superar la muerte de su hermano; ella acaba de salir de una relación de siete años. El problema es que ninguno de ellos planeaba encontrarse con el otro. Esta fortuita reunión tendrá impensables consecuencias que se acentuarán con la llegada de un tercero en discordia: la hermana de ella y mejor amiga de él (enredo que da a lugar al título de la película, aquí traducida como El amigo de mi hermana: demos gracias una vez más a las distribuidoras españolas).


Una vez situadas todas las figuras, Lynn Shelton comienza a moverlas sobre el tablero mostrándonos sus complejas relaciones. El reducido número de personajes y la soledad que transmite la cuasidesierta isla hacen que el espectador se sumerja en ese clima de intimidad, sensación  que se ve potenciada por la veracidad de las situaciones y las espléndidas actuaciones. Casi parece que observemos agazapados a los tres protagonistas espiando sus vidas, sus hábitos, sus sentimientos... 

Emily Blunt y Rosemarie DeWitt: Mark Duplass sí que sabe

Se trata de una cinta que recoge lo mejor del cine independiente americano pero se aleja de sus peores tics a la vez que demuestra esa sensibilidad característica del cine francés en general y de Rohmer en particular. Es espontánea, pero nunca llega a divagar; es de ritmo sosegado, pero nada aburrida; es tierna, pero no cae en la sensiblería. Your Sister´s Sister conquista ese complicado tono de cierto cine americano reciente (Los descendientes, Cyrus...que se mueve con pasmosa naturalidad entre el drama y la comedia: como la vida misma.  Pero, sobre todo, es una película llena de optimismo y de esperanza. Al final, parece que, al igual que los protagonistas, uno ha tenido unas breves vacaciones en esa isla, un pequeño paréntesis para revitalizar el espíritu.

22 de septiembre de 2012

A Roma y al fin del mundo

Entre los compromisos propios de la vuelta de las vacaciones de verano parece que últimamente se halla la (ineludible) cita con la nueva película de Woody Allen para compensar el parón intelectual que supone esta periodo. En 2007 llegó Cassandra´s Dream y luego vendrían Vicky Cristina Barcelona (2008),  Whatever Works (2009) y You Will Meet a Tall Dark Stranger (2010). Dado que el año pasado dicho encuentro no se había producido (Midnight In Paris se estrenó en primavera), uno acudía aún con más hambre si cabe al estreno de su último  trabajo.  Daba igual que gran parte de la crítica la hubiese vapuleado, que afirmaran que era una traspié en su filmografía, que denostaran sus proyectos europeos... Al fin y al cabo se trataba de Woody. Y si todavía quedaba alguna duda, Jordi Costa ya se ocupaba de disiparlas: Nada podía salir mal.

Woody cazado con las manos en la masa

Ya en la sala, mi fe tuvo su recompensa. Ni siquiera la pésima proyección a la que empiezan a acostumbrarse los cines de Madrid pudo aguarme la fiesta. ¿Es To Rome With Love una pieza menor en la obra de Allen? Probablemente. ¿Es To Rome With Love una de las mejores películas del año? Probablemente.

Estructurada en episodios intercalados siguiendo el modelo de las comedias italianas de los sesenta, la película contiene cuatro tramas diferentes rociadas de surrealismo alleniano cuya más directa influencia se encuentra en los libros de cuentos escritos por el director (Pura anarquía y Cuentos sin plumas). Cuatro brillantes ideas que se van desarrollando magistralmente captando todas la atención del espectador gracias a un montaje que las va hilvanando de tal forma que nunca decae el ritmo. En todas ellas, el espíritu del genio nuevayorquino está presente para diseccionar el alma humana y la sociedad con más acidez de lo que pudiera parecer a simple vista. Aquí los dardos van dirigidos principalmente a la mendacidad reinante de nuestros días: el postureo intelectual del personaje de Ellen Page, la falsa exaltación de la vida alejada de la fama de la historia de Benigni, el presunto desprecio al reconocimiento de la familia del nuevo Caruso, la supuesta felicidad conyugal de la joven pareja italiana...

Alec Baldwin es un voyeur

Al final uno no sabe que pensar dentro de todo ese berenjenal de contradicciones. Es como el monólogo de Diane Keaton en Love and Death: "Amar es sufrir. Para no sufrir uno no debe amar, pero entonces se sufre por no amar. Así, amar es sufrir, no amar es sufrir, sufrir es sufrir. Ser feliz es amar. Ser feliz, entonces, es sufrir, pero el sufrimiento te hace infeliz. Entonces para ser feliz uno no debe amar, o amar para sufrir, o sufrir de tanta felicidad". Como en todo el cine de Allen, To Rome With Love formula muchas preguntas y otorga muy pocas respuestas. Lo que sí da son toneladas de risas y grandes momentos para amenizar el viaje. Con Woody, a Roma y al fin del mundo.
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"Al regresar de las vacaciones de verano siempre me encuentro la mesa del periódico atiborrada de invitaciones a exposiciones, presentaciones de libros y conciertos en Pontevedra, Ourense, Torrevieja, Málaga y una vez Roma. Para resistir, miro películas de Woody Allen. En una sola hay más programación cultural que en un año en Pontevedra, así que convalida."    Manuel Jabois

Gran ovación para el maestro Allen